AREQUIPA, Perú – El estudio Explorando futuros posibles para la democratización en Cuba, de la encuestadora independiente Cubadata, reveló esta semana datos importantes sobre la capacidad de respuesta de los cubanos ante las difíciles situaciones que atraviesan.
La investigación realizada por Arístides A. Vara Horna, aborda los resultados de seis encuestas realizadas entre septiembre de 2023 y febrero de 2024, en la que participaron unas 10.248 personas de la Isla.
“Se trata de una mirada a una población crecientemente diversa y en transformación, que no se parece en nada a las fantasías de la propaganda. Impactada por los imperativos de la supervivencia (…), pero necesitada de un cambio radical”, comenta en el prólogo del estudio la investigadora y ensayista Hilda Landrove.
En la Isla, las precariedades económicas y alimentarias son un detonante importante de acciones de protesta, pero cada vez más los cubanos también se manifiestan por derechos civiles.
“Esto indica un cambio cultural significativo, donde las preocupaciones por la justicia social, la equidad y la integridad gubernamental también juegan un papel crucial en la movilización ciudadana”, indica el autor.
Entre los encuestados, el 37,8% reveló haber participado alguna vez en una protesta en Cuba, un número que asciende a más del 50% al considerar los distintos tipos de protesta. Del primer total citado, un tercio ha participado solo una vez (36,5%), mientras que los demás son participantes recurrentes (63,5%).
Los liberales promercado y con otras ideologías suponen los encuestados de mayor participación (49,5% y 56,7%, respectivamente), mientras hubo también presencia significativa de socialistas reformistas (25%), centristas y neutrales (34,6%).
Por su parte, los firmemente socialistas representan una minoría de 15,4%, indicando que incluso en este grupo hay un segmento dispuesto a protestar potencialmente por cambios dentro del mismo sistema.
“La ausencia de una identidad política unificada entre los manifestantes puede complicar la articulación de demandas coherentes y la formación de un movimiento de protesta cohesivo, también puede indicar una oportunidad para construir coaliciones amplias basadas en intereses compartidos”, resalta el estudio.
En cualquier caso, Vara Horna también destaca que las protestas en Cuba no pueden ser reducidas a una simple lucha entre socialistas y capitalistas, sino que reflejan una amplia gama de demandas y aspiraciones.
Mas allá de las formas tradicionales de protesta, las alternativas cívicas como opiniones en redes sociales, firmar peticiones en línea o asistir a reuniones de planificación, denotan que la participación ciudadana es mayor de lo que indican las autodeclaraciones.
En ese sentido, el 51,7% de encuestados se ha involucrado en algún tipo de protesta civil, una cifra muy superior al 37,8% autodeclarado.
Otros resultados de la investigación, disponible en el sitio oficial de Cubadata, contemplan las variables resiliencia y autonomía, que permiten observar el contraste entre la capacidad individual de adaptarse ante la opresión del régimen cubano y la crisis económica (resiliencia), versus “la capacidad real de tener control sobre la propia vida (autonomía)”.
Según el autor, las personas más resilientes tienen una menor probabilidad de participar en protestas, con una disminución del 4,4% en la probabilidad de participación, posiblemente debido a su capacidad de adaptación a las adversidades.
Además, la autodeterminación reduce la probabilidad de participación en protestas en un 10,2%, lo que sugiere una preferencia por soluciones individuales; la percepción de una respuesta agresiva del Gobierno disminuye la probabilidad en un 1%; y el miedo a la victimización lo hace en un 6,5%.
Por otro lado, la autonomía aumenta en un 28% la participación en protestas, mientras las mujeres cubanas resultaron un 41,7 % más proclives a participar en comparación con los hombres.
