MIAMI, Estados Unidos. – El congresista cubanoamericano Mario Díaz-Balart aseguró que la Administración de Donald Trump considera a “la dictadura de Cuba” un peligro para la seguridad nacional de Estados Unidos y anticipó cambios drásticos en la política hacia la Isla.
“Los días de concesiones, regalos unilaterales y políticas para ayudar a fortalecer al régimen se han acabado”, declaró en entrevista con el periodista Mario Pentón, de Martí Noticias, durante el retiro anual de legisladores republicanos celebrado en la ciudad de Doral, Florida.
Díaz-Balart afirmó que el equipo de Trump “entiende muy bien que la dictadura de Cuba es un peligro” y que, bajo el liderazgo del mandatario, se verá “otra política” en relación con el régimen de La Habana. El congresista añadió que la posición del presidente y vicepresidente estadounidenses es clara: “No hay confusión y no hay aceptación de los adversarios”.
Refiriéndose al futuro de Cuba, Díaz-Balart se mostró optimista al señalar que “ninguna pesadilla dura para siempre” y subrayó que “esa dictadura (la de Cuba) está muy débil”. En ese sentido, recordó la postura que adoptó Donald Trump en su primer mandato, cuando —a su juicio— fue “el mejor aliado de la causa de la libertad de Cuba, igual que de la causa de la libertad de Venezuela y de Nicaragua”.
El congresista también se refirió al incidente diplomático reciente con el presidente de Colombia, Gustavo Petro, a quien acusó de intentar “utilizar la emigración como un arma”. Aseguró que esto es algo que “el régimen de Castro ha hecho en múltiples ocasiones”, pero que Estados Unidos no cederá ante tales presiones.
Durante la entrevista, Díaz-Balart también envió un mensaje de apoyo al líder opositor José Daniel Ferrer, recién excarcelado por las autoridades cubanas. “Es un héroe y vimos su actitud, que no está dispuesto a rendirse por la causa de la libertad”, elogió, al tiempo que insistió en que la solidaridad debe dirigirse hacia los defensores de derechos humanos en la Isla y no hacia el Gobierno.
Por otra parte, el congresista abordó la preocupación de las comunidades latinas —incluidos los migrantes cubanos— ante las posibles deportaciones masivas anunciadas por la Administración Trump. Aclaró que la prioridad es “deportar, particularmente, a los criminales” que han ingresado al país, remarcando que existe un listado de “aproximadamente 1,3 millones de personas que ya tienen orden de deportación”. Sobre quienes tienen casos legítimos de asilo pendientes, aseguró que habrá “un proceso donde se puedan revisar”.
Finalmente, Díaz-Balart enfatizó que Trump no se dejará “chantajear” ni por gobiernos extranjeros ni por sectores internos que busquen suavizar la política hacia Cuba.