MIAMI, Estados Unidos. – Nicolás Maduro juró este viernes para un tercer periodo como presidente de Venezuela ante la Asamblea Nacional, sin exhibir las actas que acrediten su cuestionada victoria electoral en julio pasado.
Mientras tanto, la oposición, que sí presentó el 85% de las actas electorales, dio pruebas de que el verdadero ganador de los comicios fue Edmundo González Urrutia.
En una ceremonia realizada en el Salón Elíptico del Parlamento, controlado por el chavismo, el presidente de la Asamblea Nacional, Jorge Rodríguez, impuso la banda presidencial a Maduro a las 10:53, hora de Caracas. “Juro por el histórico, noble y aguerrido pueblo de Venezuela y ante esta Constitución, que haré cumplir todos sus mandatos, inauguro el nuevo periodo de la paz, la prosperidad y la nueva democracia”, pronunció Maduro. En otro momento del acto, se le escuchó exclamar: “Juro por mi vida”.
Esta investidura ocurre apenas un día después de una marcha de la oposición que culminó con denuncias de un breve arresto de la dirigente María Corina Machado, algo que el régimen tachó de “invento”.
Por su parte, Edmundo González Urrutia, quien es considerado como presidente electo por Estados Unidos, la Unión Europea, Canadá y numerosos gobiernos de Latinoamérica, permanece en República Dominicana, donde ha participado en actividades para denunciar el fraude electoral del chavismo.
Según sus declaraciones, regresaría este 10 de enero a Venezuela, aunque no se han confirmado detalles de su viaje.
Maduro, a través de su canal en Telegram, había anticipado su juramentación al escribir: “¡Estamos listos! El 10 de enero el candidato presidencial, electo y proclamado por las autoridades electorales se va a juramentar ante la Asamblea Nacional”.
No obstante, la oposición y organismo internacionales continúan reclamando la publicación de las actas que respalden el resultado oficial, algo que no ha sucedido hasta el momento.
La “solemne” sesión transcurrió bajo fuertes medidas de seguridad en los alrededores del Parlamento. Calles bloqueadas, retenes policiales y un aumento de la presencia militar caracterizaron el centro de Caracas durante la mañana, una medida extendida también a otros poderes públicos. La tensión política se combina con el cierre temporal de la frontera terrestre y del espacio aéreo con Colombia, que el gobierno justifica aludiendo a una supuesta “conspiración internacional”.
A nivel internacional, numerosos países mantienen su desconfianza frente a la proclamación de Maduro, mientras que un reducido grupo de aliados, entre ellos delegaciones diplomáticas, acudió a la toma de posesión.
El único presidente que acudió a la controversial toma de posesión fue Miguel Díaz-Canel. El gobernante fue acompañado por el canciller de su régimen, Bruno Rodríguez Parrilla, el jefe del Departamento de Relaciones Internacionales del Comité Central del PCC, Emilio Lozada, y otros funcionarios que no fueron identificados.
Además, estuvieron presentes el dictador de Nicaragua, Daniel Ortega; el primer ministro de la República Árabe Saharaui Democrática, Bucharaya Hamudi Beyun, y el primer ministro de Antigua y Barbuda, Gaston Browne.