Friday, September 20, 2024
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Luis de Ayestarán, el primer habanero en unirse en unirse al Ejército Libertador

MADRID, España.- El patriota cubano Luis de Ayestarán y Moliner fue ejecutado el 24 de septiembre de 1870, tras ser apresado por tropas españolas y sometido a un Consejo de guerra sumarísimo. Había nacido en La Habana el 16 de abril de 1846, de modo que al morir solo tenía 24 años.

Se ha considerado el primer habanero que se incorporó a las filas del Ejército Libertador en la guerra iniciada el 10 de octubre de 1868 por Carlos Manuel de Céspedes. Participó en más de veinte combates, peleó bajo las órdenes del Mayor general Ignacio Agramonte y pereció con el grado de Coronel.

Había estudiado en Nueva York y en Cuba en el colegio El Salvador, del filósofo y pedagogo José de la Luz y Caballero (1800-1862). Graduado de abogado en la Universidad de La Habana, Ayestarán ejerció la profesión en el bufete del jurista y político José Morales Lemus (1808-1870). Llevaba alrededor de un año en la contienda independentista cuando la Cámara de Representantes de la República en Armas —formada en la Asamblea Constituyente de Guáimaro en abril de 1869— le encomendó viajar en misión secreta a Estados Unidos.

A su regreso unos dos meses después, se interna en la Isla el 14 de septiembre por Cayo Romano, al norte de Camagüey; es apresado el 18 y conducido en el buque Centinela a La Habana, donde se dicta sentencia el 23 y lo ejecutan el 24 en el Castillo del Príncipe.

El historiador Emeterio S. Santovenia (1889-1968), en su libro Un día como hoy. Fechas en la historia de Cuba (Editorial Trópico, La Habana, 1946), relata que el 23 de septiembre, aun sin conocer el fallo del tribunal militar, Luis de Ayestarán escribió a su madre: “Moriré como he vivido, con conciencia de haber cumplido mi deber, de no haber hecho mal a nadie y sí bien a muchas personas”.

Añade Santovenia que “Sus recomendaciones postreras, en documento íntimo, trazado con mano firme, evidencian la serenidad de su ánima en hora tan crítica”.

En 1904 el Ayuntamiento capitalino designó con su nombre a una transitada y céntrica calzada habanera. Sin embargo, aún queda mucho de su vida y de sus acciones por estudiar; por ejemplo la misión secreta a Estados Unidos, sobre la que todavía no hay suficiente claridad.

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