La prensa oficial celebró este jueves el funcionamiento de la granja avícola estatal 28 de Enero, en Pinar del Río. Una producción de 49.000 huevos diarios, 61.144 gallinas y gallos, y una computadora que vigila día y noche la “alimentación, ventilación y recogida de excrementos” de los animales conforman, asegura Cubadebate, un “engranaje perfectamente sincronizado”. El problema, sin embargo, es que se trata de un caso único en un país afectado por la escasez de huevos y la grave carencia de insumos para su producción.
Hay otra excepción, también en Pinar del Río: la UEB Miguel Cabañas, no lejos de la 28 de Enero, una de las 30 granjas avícolas de esa provincia. Sin embargo, el huracán Ian, en septiembre de 2022, dejó maltrecha a la industria, que tras el paso del ciclón perdió 4.000 gallinas –casi todas en el proceso de evacuación–, y que ahora cuenta con 53.000 animales y solo una nave en pie, de las 11 que tenía.
En un nivel más bajo de producción y a pesar de los “contratiempos” que alegan sus administradores, la también pinareña UEB Turcios Lima cuenta con 35.000 aves. Sin embargo, los directivos lamentan no contar con suficiente yacija, el producto fabricado con cáscara de arroz con el que alimentan a las gallinas, además del pienso. La que se utiliza hoy viene de Sancti Spíritus y “no satisface la demanda”, señalan. Tampoco hay dinero, añaden, para comprar zeolita o viruta de madera, alternativas para dar de comer a los animales.
El costo de producción de huevos es 5,60 pesos, alegó el funcionario, mientras que se vende a 2,08 en las bodegas. Esa diferencia “provoca pérdidas millonarias a la empresa”
Las deficiencias alimentarias han traído graves consecuencias. Por un “problema carencial de vitaminas”, expone un técnico de la Turcios Lima tras varios rodeos, las gallinas están muriendo. No obstante, asegura que se les aplicó medicamentos y suplementos a las crías para disminuir la tasa de mortalidad.
Además de los problemas de salud de los animales, la lista de carencias que afectan la totalidad de la producción es notable: no hay comida, pero tampoco combustible ni insumos para lograr las condiciones básicas de comodidad para las gallinas, cuya producción de huevos experimenta una caída brutal por estos factores.
El país necesitaría el doble de animales –y que estos pusieran el doble de huevos– para lograr un desempeño productivo satisfactorio, estima Jorge Luis Parapar, presidente del Grupo Empresarial de Alimentos y Aves.
Preguntado por la parte que le toca garantizar de la canasta básica, Parapar se excusó asegurando que todos los productos han sido afectados de manera drástica, por los “impactos del bloqueo” y la “situación económica”. El costo de producción de huevos es 5,60 pesos, alegó el funcionario, mientras que se vende a 2,08 en las bodegas. Esa diferencia “provoca pérdidas millonarias a la empresa”, se quejó.
Parapar comentó la situación en el mercado informal, que calificó como una “tarea muy difícil”. Aseguró que los productores clandestinos tienen “granjas abiertas en lugares intrincados, donde a veces el control estricto se hace un poco difícil”. Está consciente, dijo, de que el precio del cartón de huevos está a 3.000 pesos, de momento.
Al fin y al cabo, el programa nacional de agricultura “fue diseñado por Fidel”, y está a prueba de dificultades, incluyendo la “tensa situación” del ‘bloqueo’
Según constató 14ymedio este jueves, ascendía a 100 pesos por solo un huevo. Tampoco se refirió a las tiendas en línea a la que deben recurrir los cubanos, a través de sus familiares emigrados. Supermarket23, uno de los mercados más solicitados, vendía también este jueves el cartón de 30 unidades importadas a 9,89 dólares.
Para garantizar un nivel aceptable de producción, la primera variable a despejar es el cultivo de pienso, que los agricultores prefieren vender por su cuenta –después de pasar muchas dificultades– a la población. Si el Estado quisiera intervenir para solucionar esas deficiencias, tendría que conseguir “combustible, semillas transgénicas, fertilizantes, plaguicidas y tecnología de punta con la que no se cuenta en estos momentos”, enumeró Parapar.
De darse esas condiciones “podríamos satisfacer la demanda y tener 10 o 15 huevos mensuales por consumidor como antes”, dijo el directivo. Aun así, Parapar instó a los lectores de Cubadebate a tener confianza: al fin y al cabo, el programa nacional de agricultura “fue diseñado por Fidel”, y está a prueba de dificultades, incluyendo la “tensa situación” del bloqueo.
Parapar dedicó un apartado a las características de las gallinas cubanas, que son “muy sensibles y se estresan con facilidad”. La crisis del combustible provoca que el alimento llegue tarde a la granja, lo cual incide en la “postura de huevos”. Sin embargo, aunque tengan bajo rendimiento, “comen la misma cantidad de alimento”, lamentó.
También hay gallinas que están al borde de la “decrepitud” y que el país destina a la alimentación. Las “viejas”, insistió el directivo, no tienen el rendimiento que su empresa espera de ellas, y la mitad de los animales con que cuenta están en esas condiciones.
“A veces echas el combustible a las dos o tres de la madrugada, y cuando llegas a la fábrica no hay electricidad, y entonces, hay que esperar tres o cuatro horas a que se retome el proceso productivo. Por otro lado, se avecina un período malo en la avicultura porque se acorta la luz solar y la gallina es un animal fotoperiódico”, fue su queja final.
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