Un día después de que el Instituto Nacional de Migración (INM) anunciara la reubicación de 8.152 migrantes de Cuba, Haití, Venezuela, Guatemala, Colombia, Honduras y China a sitios de Tuxtla Gutiérrez, Huixtla, San Cristóbal y Palenque (en Chiapas), Villa Hermosa (Tabasco) y Acayucan (Veracruz), miles de naturales de la Isla permanecen en la sede de la Comisión Mexicana de Ayuda a Refugiados (Comar), ubicada en el parque ecológico en Tapachula.
“Exigimos una respuesta de las autoridades”, dice a 14ymedio la cubana Yuriandi. “Llevamos 15 días sin que nadie nos diga cómo obtener el salvoconducto para seguir a la Ciudad de México”, asegura y añade que mientras ella se encuentra a las afueras de la estación Migratoria Siglo XXI, en Tapachula, sus familiares están en el parque ecológico.
Yuriandi denuncia que los funcionarios los “tratan como animales”, los intimidan y los denigran por su condición. “Somos inmigrantes, lo sabemos, pero tenemos un desgaste físico. En la cola hay niños y personas mayores y las autoridades no hacen nada por agilizar los trámites”.
La cubana de 22 años cuenta que estuvo seis días en la sede de la Comar ubicada en Los Laureles, también en Tapachula. “En ese sitio nos dijeron que no se tramitaba el salvoconducto, que era en Migración, luego, que no, que en el parque ecológico y ahora nos dicen que es en la estación Siglo XXI”.
En el parque, casi 4.000 cubanos esperan respuesta a la demanda de un salvoconducto. El jefe de la oficina de la Comar en Chiapas, Daladier Anzueto, aclara a 14ymedio que la comisión “está diseñada para atender a las personas en necesidad de protección internacional pero no para expedir permisos de tránsito por México”.
Anzueto explicó a los cubanos que en la oficinas de la Comar se entrega un folio tras registrarse en un listado. “A las personas se les llama en dos meses y se inicia el trámite de asistencia a migrantes”. El funcionario reconoció que la institución ha sido rebasada por el flujo de migrantes que ha llegado a Chiapas.
En Tapachula, fronteriza con Guatemala, al menos 20.000 cubanos se encuentran varados. Entre ellos hay personas con una cita confirmada en la plataforma CBP One, que denuncian que no les permiten abordar vuelos para trasladarse a la frontera con EE UU.
La estancia en Tapachula le ha salido cara a los cubanos, que según han denunciado a medios locales, deben pagar hasta 150 dólares mensuales por la renta de cuartos compartidos, en los que deben convivir hasta con ocho personas.
La cubana Iliana Fajardo denunció en entrevista con Diario del Sur el costo elevado en que les venden los productos a los migrantes. “Es una cantidad de dinero la que estamos gastando y no vemos cuándo nos atiendan”, dijo, y lamentó que las autoridades no entiendan que “queremos ser legales” en la travesía hacia la frontera con Estados Unidos. “Queremos el CBP One, pero entendemos que eso no es aquí, lo único que pedimos es que nos dejen seguir”.
Ante el constante flujo migratorio en Tapachula, la responsable de base de Médicos Sin Frontera, Karolix Zambrano Koop, advierte que “no hay condiciones sanitarias higiénicas para las personas migrantes”, por lo que hizo un llamado a las autoridades a establecer protocolos de atención.
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