La compañía francesa Malongo se comprometió este jueves con la empresa estatal agroforestal Gran Piedra Baconao, de Santiago de Cuba, a invertir en la producción de café en la Isla. El acuerdo fue firmado en el Día Nacional de Francia de la Feria Internacional de La Habana (Fihav), que concluye este viernes.
El proyecto tiene como objetivo desarrollar la zona del poblado santiaguero de Ramón de Las Yaguas, en el municipio de Songo la Maya, según declaró a la televisión estatal el propio director de Malongo, Jean Pierre Blanc, aumentando la productividad del grano.
En ese mismo lugar se encuentra la antigua finca cafetalera La Fraternidad, que data de finales del siglo XVIII y cuyas ruinas llevan años siendo rehabilitadas con dinero de la Unión Europea y de la propia firma Malongo.
Fueron franceses, precisamente, quienes fundaron el cafetal, en 1791, tras huir de la Revolución de Saint Domingue (1791-1804) y los “jacobinos negros” en Haití. El nombre de la finca remite a uno de los elementos del lema francés de 1789 (“liberté, egalité, fraternité”, libertad, igualdad, fraternidad).
“Es un proyecto de negocio completo que requiere de una inversión extranjera, capacitación y transferencia de tecnología para elevar la calidad del café que se producirá y que luego se comercializará en el exterior”, explicó la oficialista Agencia Cubana de Noticias. El producto que saldrá de esas instalaciones, pues, no será para consumo interno, sino para la exportación, a pesar de la escasez de café en el mercado cubano.
“Es un proyecto de negocio completo que requiere de una inversión extranjera, capacitación y transferencia de tecnología para elevar la calidad del café”
Malongo se promociona como “especialista de los cafés biológicos y justos”, con una propuesta de “cafés de gama superior, procedentes de los más nobles terruños, cultivados según métodos agrícolas ancestrales dentro de pequeñas plantaciones familiares”.
Con un discurso similar, Lavazza, una de las más prestigiosas marcas cafeteras del mundo, presentó en España el mes pasado un café premium orgánico procedente de la Isla, donde el grupo italiano tiene desde 2018 “un programa de desarrollo sostenible” en colaboración con varias instituciones y autoridades locales para reactivar el cultivo del grano.
Lavazza aseguró en su presentación que su colaboración con Cuba “cuida a los agricultores, promueve el papel de las mujeres y los jóvenes, ayuda al medio ambiente en términos de conservación de los bosques y el intercambio de buenas prácticas agrícolas” y que ha ofrecido formaciones específicas a los productores locales “en la implementación de un proceso de fermentación controlado en una parte de la cosecha de robusta”.
Por otra parte, en el marco de la misma jornada de la Fihav, el embajador francés en La Habana, Laurent Burin des Roziers, celebró las relaciones comerciales entre Cuba y su país, y destacó la presencia en la Isla de empresas como SGC, Robertet, Stratégie Bois, Eximes Caribe S.L, Serfer Kinetrol, Becsol, Venus Enterprises y Cintra Logist S.L.
Por su parte, Ana Teresita González Fraga, viceministra del Comercio Exterior y la Inversión Extranjera, recordó que Francia es “uno de nuestros principales socios del continente europeo y el cuarto a escala mundial, lo cual evidencia el buen estado de las relaciones diplomáticas entre ambos pueblos desde hace 120 años”.
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