Unas extrañas marcas en el cielo temprano en la mañana de este viernes causaron una mezcla de sorpresa, excitación y temor entre los habaneros. A primera vista, parecían las huellas blancas que dejan tras de sí los aviones, pero lo que hacía desconfiar de ello era la forma. El rastro como de nube delgada, bien alto en la troposfera, era circular y se repetía hasta tres veces antes de perderse, ahora sí recto, en el horizonte.
“Qué patrón más extraño, y además debe de ser grande”. La visión del fenómeno dejó patidifusas a un grupo de vecinas en Luyanó, que lo comentaban a gritos. “¡E.T. ya está aquí!”, decía una de ellas en broma. “Extraterrestres o americanos, no puede ser otra cosa”, contestaba otra. “¿Qué extraterrestre ni americanos, chica? Esto es algún avión ruso o chino que están probando aquí”, intervenía una tercera, mientras que una cuarta temía: “Ahora sí llegó el apocalipsis”, y una quinta sentenciaba: “A mí que me lleven ya”.
La estela se veía a la perfección desde todos los puntos de La Habana, incluida la Redacción de 14ymedio, en Nuevo Vedado. Aquí los residentes eran más racionalistas: “Debe de ser un fenómeno natural provocado por la humedad o alguna diferencia de temperatura en las alturas”, opinaba un joven desde la calle Tulipán. “Yo creo que es un fenómeno óptico”, apuntaba el amigo que lo acompañaba.
Un piloto fue claro con este diario: “Eso es un avión, con toda seguridad, que estaría dando vueltas por no poder aterrizar”. El Aeropuerto Internacional José Martí, en efecto, se encontraba a primera hora de este día cerrado por condiciones meteorológicas. Un empleado del lugar, que pide anonimato, explica que se trató de una aeronave de la compañía Wingo, procedente de Bogotá, en Colombia, que finalmente tuvo que desviar su ruta a Cancún, México. “Cuando no hay visibilidad por la neblina este aeropuerto no tiene los equipos terrestres para guiar el aterrizaje, así que los aviones tienen que dar vueltas y, a veces, moverse a otro lugar”, detalla.
Sin aludir a los problemas técnicos del José Martí, el Gobierno de La Habana también recogió el alboroto que armaron los trazos, debido a la densa niebla que cubría la zona. En una publicación de Facebook, informó de que poco después de las ocho de la mañana, los despegues y aterrizajes operaban con normalidad.
Las estelas de condensación son un fenómeno perfectamente descrito: se forman cuando el vapor de agua que se genera en las turbinas del avión es sometido al frío de esas alturas, se congela y forma cristales de hielo. A pesar de las recurrentes explicaciones de científicos y otros especialistas, existe una extendida teoría de la conspiración que dice que son chemtrails, o estelas químicas, producto de una suerte de “fumigación” a la humanidad o de malévolos planes para cambiar el clima del planeta.
Los vuelos programados inmediatamente después de ese Wingo colombiano también fueron desviados a distintos aeropuertos de la Isla. Los que esperaban una invasión que acabara con sus penurias tendrán que seguir en su anhelo.
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