Este nuevo volumen nacido al calor del proyecto El Mundo de Amalia tuvo que sortear no pocos obstáculos, como los altos costos de impresión, para llegar a tiempo a la Feria Internacional del Libro de La Habana.
Para Ana Mahe Inda, autora de Los escaparates de Amalia, es una gran felicidad que el libro se presente este sábado en la Calle de Madera de La Habana Vieja, frente al Palacio de los Capitanes Generales.
Según contó a Prensa Latina, este nuevo título llega tras los exitosos lanzamientos de los libros El emocionario para Mauricio y sus amigos; Mis emociones; Pinta, Mauri, pinta; Los abrazos de Lorenzo; Mauri está triste; La Habana de mi abuelo; y Aitana no quiere dormir, todos de la Colección Fiñes.
También manifestó una gran satisfacción por la acogida que le ha dado Ediciones Boloña y la directora de Comunicación de la Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana, Magda Resik.
Si bien el primer libro que pensé escribir fue Los escaparates de Amalia, estuve tres años trabajando en él y es el que más tiempo me tomó, detalló Inda.
La obra, creada con un lenguaje sencillo y ameno, tiene mucho de la propia vida de la autora y de su experiencia como mamá de Amalia – quien nació sin una parte del cromosoma cuatro, causado por el síndrome de Wolf-Hirschhorn – y de Mauricio.
Según recalcó Inda, es muy importante desarrollar acciones para que las personas no sientan la discapacidad como algo “tremendamente infeliz”, por eso desea que este libro sirva para explicar por qué hay niños y adultos diferentes.
Todos somos especiales de una manera u otra, y siempre necesitamos ayuda en algún momento de nuestras vidas, apuntó.
Detrás de las historias de cada libro están las vivencias de Mahe con los niños y las niñas, y también con las familias del proyecto El Mundo de Amalia, el cual abarca un espacio de aprendizaje, una tienda de materiales didácticos y un programa de talleres, entre otros.
Su hijo Mauricio es igualmente el motivo de inspiración de varias de las obras, las cuales tratan un tema aún poco abordado en los centros de enseñanza de Cuba: la educación emocional de las familias y los niños.
Para formar niños felices, somos los adultos los primeros que debemos prepararnos, pero en educación emocional estamos “fritos”, consideró.
El primer libro que salió a la luz fue El emocionario para Mauricio y sus amigos, y luego Mis emociones: ambos pudieron hacerse realidad gracias a la colaboración de la Embajada de los Países Bajos y de la Embajada de Noruega.
La maternidad dio un nuevo sentido a la vida de Ana Mahe Inda, quien comenzó a impulsar en el año 2020 un proyecto dirigido a apoyar la educación en la primera infancia, a partir del crecimiento de toda la familia.
Después de su Máster en Administración de Negocios, por la Universidad de La Habana, cursó un Máster en Educación Emocional y en Neurociencias Aplicadas, impulsada por la necesidad de entender mejor a su hija Amalia.
Sus libros son también una vía para compartir ese conocimiento, llegar a los niños y sus familias, y empoderar a las madres en la educación de sus hijos.