SAN LUIS POTOSÍ, México.- El humorista cubano Limay Blanco ha cambiado la vida de muchas familias cubanas por su labor filantrópica realizada a través del ministerio “Cristo Cambia Vidas”.
Blanco, que alcanzó la fama tras su actuación en el programa “Los Amigos de Pepito”, se ha convertido en la esperanza de madres y ancianos en condiciones de vulnerabilidad, abandonados por el gobierno.
Natural de Bahía Honda, en Pinar del Río, se popularizó con su personaje de Muñi Muñi en el espacio televisivo, pero más allá de su actuación humorística ha trascendido aquella que incide directamente en la vida de los cubanos.
Limay ha entregado viviendas, electrodomésticos, sillas de ruedas, ropa, e insumos médicos de todo tipo a personas en condiciones precarias.
En un contexto donde los cubanos luchan por sobrevivir, al desamparo del régimen, aquel Muñi Muñi contador de chistes ha devenido un activista social.
Su proyecto de ayuda social está auspiciado por su Ministerio Cristo Cambia Vidas, sostenido con recursos donados por cubanos dentro y fuera del país.
Gracias a la solidaridad de sus colaboradores, y sumando las ganancias de sus presentaciones en espectáculos, ha recaudado dinero y gestionado la construcción de casas para familias y artículos varios para personas desvalidas.
Frecuentemente trascienden noticias de sus gestos altruistas, sobre todo de la entrega de casas, que ascienden ya a más de 20 y aspira a llegar a 100.
Admiradores y también detractores
Muchas personas desesperadas han visto en su ayuda una obligación. En no pocas ocasiones le han exigido una salida para sus casos y lo han insultado cuando no puede atender a los reclamos.
Así sucedió con una madre cubana que lo increpó vía telefónica por no poder apoyarla con medicamentos para su hija.
La escasez de medicamentos en los hospitales y farmacias del país y la incapacidad del régimen para gestionar la situación han impulsado a cubanos a demandar al humorista la ayuda.
Un hecho similar ocurrió hace algunos meses cuando otra cubana lo acusó de no hacerle caso durante un pedido de auxilio para la gestión de un medicamento.
No obstante sus detractores y las palabras de desaliento que a menudo recibe, Limay no ha cesado su labor humanitaria y sigue ganando admiradores dentro y fuera del país. Cuando se habla de Blanco se le reconoce como un solo hombre ha ayudado a tantas personas. Por eso, medio en broma, medio en serio la ciudadanía que lo admira a dejado constar en redes que votarían por él para presidente.
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