MADRID, España.- En la Cuba de las décadas de los 70, 80 y 90, un fenómeno de entretenimiento se fue volviendo tradición en los niños y niñas, convirtiéndose en un clásico juego que perdura en la memoria colectiva: las cuquitas.
Estas pequeñas muñequitas de papel, originarias de Europa, eran coleccionadas en Cuba sobre todo por las niñas, que las recortaban y vestían con ilusión.
Las cuquitas se presentaban generalmente como figuras acompañadas en una misma hoja por accesorios y prendas de vestir. Estas muñecas eran de diferentes tamaños y estilos, y estaban vestidas con modas de la época.
Quienes crecieron durante esa época no olvidan la emoción de buscar las cuquitas en la contraportada de la revista cubana Mujeres. Diseñadas por Lina Núñez, las más emblemáticas de estas muñecas eran conocidas como “linitas”.
Las cuquitas no solo eran un juguete divertido, sino que también fomentaban la creatividad y la imaginación de las niñas. Las niñas podían vestir a las muñecas con sus propias creaciones, o podían inventar historias y aventuras para ellas. Este juego se volvió un fenómeno cultural que marcó tendencias y estilos de vestir.
En la actualidad, las cuquitas siguen existiendo, pero su popularidad ha disminuido. El mundo digital, la inmediatez y otros factores han contribuido a este cambio.
Sin embargo, las cuquitas siguen siendo un juguete entrañable que muchos cubanos recuerdan con cariño. Son un símbolo de una época más sencilla, en la que los niños podían disfrutar de horas de diversión con un simple pedazo de papel.
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