LEÓN, México.- Cada cierre de año los cubanos reactivan varias tradiciones para, supuestamente, atraer la prosperidad a sus hogares. Este 2023, un año donde la crisis ha asfixiado a las familias, quizás no sea distinto.
La emigración, las dificultades económicas, la inflación, la represión, estimularán otro año las costumbres que adoptan los habitantes de la Isla para despedir el año viejo.
Lanzar el cubo de agua
Para tener un mejor año hay que, primero que todo, limpiar la casa. Justo a la medianoche, cuando inicia el año nuevo, el agua sucia resultante de la limpieza debe sacarse del hogar.
Esto funcionaría como una especie de limpieza al sacar “lo malo” y abrir el nuevo año con mayores éxitos y alegrías.
En algunas casas se limitan únicamente a lanzar el líquido, en otras limpian todas las habitaciones y luego echan afuera el agua.
Vestir una prenda roja
Para llamar a la buena suerte y el amor, hay quienes usan una prenda roja el último día del año. Aunque estas costumbres varían entre familias, la mayoría suele incluir en su vestimente ropa de este color.
En algunos casos, optan por el blanco, un símbolo de la paz.
También en algunos hogares se persignan o hacen oraciones religiosas. Mientras que en otras partes de Cuba se estila quemar alguna ropa vieja.
Quemar un muñeco
De hecho, no es la ropa lo único que se quema, también es una tradición cubana incendiar un muñeco que representa el año viejo.
De esta forma se destruiría todo lo malo del año vencido y se recibiría el nuevo, esperando cosas mejores.
No deben faltar en la confección del muñeco las prendas viejas, raídas. Para la cara, alguna representación de aquello que no funcionó en el año anterior.
Por otra parte, para tener prosperidad económica se recomienda colocar dinero dentro de sus zapatos o pisar un billete a medianoche.
La vuelta a la manzana
Este es, sin duda, uno de los más comunes. Y es que en las condiciones actuales quién no apuesta por emigrar y salir del país…
La vuelta a la manzana, con la maleta incluida, es la opción para quienes, presuntamente, aspiran a viajar.
Cada vez es más frecuente encontrar familias enteras que salen a medianoche, arrastrando sus maletas de rueditas o con maletines a cuestas.
El objetivo es poder viajar ese año y salir de Cuba. Esta maleta debe ir llena, como si el viaje fuera a ser real.
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