La manifestación convocada por sindicatos y organizaciones sociales de la izquierda argentina contra las políticas económicas del nuevo Gobierno de Milei discurrió este miércoles en Buenos Aires con algunos incidentes entre los participantes y agentes antidisturbios de la Policía Federal, que intentaron obligarlos a desfilar por la banqueta para evitar, de manera infructuosa, los cortes de tránsito.
Los primeros incidentes entre las fuerzas de seguridad y los manifestantes se produjeron pasadas las 16:00 (hora local) en pleno centro de la capital argentina, donde por la mañana se respiraba un ambiente de calma y normalidad.
Miles de personas comenzaron a marchar desde la esquina de Diagonal Norte y Avenida Belgrano en dirección hacia la emblemática Plaza de Mayo, donde se encuentra la Casa Rosada. Los manifestantes avanzaron de forma pacífica, pero incumpliendo el nuevo protocolo de seguridad establecido por la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, que prohíbe los cortes de calles durante las manifestaciones y prevé duras sanciones contra quienes lo infrinjan.
Mientras tanto, el presidente de Argentina, Javier Milei, se desplazó a la sede central de la Policía Federal, en Buenos Aires, junto con varios de sus ministros para seguir el desarrollo de la marcha, convertida en la primera prueba de fuerza entre el nuevo Gobierno, que tomó posesión hace diez días, y las organizaciones sociales y de izquierda.
Las organizaciones del peronismo -la fuerza política que ha estado en el poder dieciséis de los últimos veinte años- y su sindicato -la poderosa Central General de Trabajadores (CGT)- se ha mantenido al margen de la convocatoria.
Miles de personas comenzaron a marchar desde la esquina de Diagonal Norte y Avenida Belgrano en dirección hacia la emblemática Plaza de Mayo, donde se encuentra la Casa Rosada
“Estamos marchando pacíficamente. Esto es una dictadura militar”, declaró a la prensa el líder del Polo Obrero, Eduardo Belliboni, quien horas antes protagonizó un enfrentamiento verbal con un periodista de un canal de televisión que le preguntó por los motivos de la protesta.
Los convocantes de la marcha se quejaron del trato policial, después de que los agentes antidisturbios les empujaran con sus escudos para obligarlos a marchar por la banqueta. También denunciaron que la policía federal y los efectivos de Gendarmería intervinieran en la ciudad de Buenos Aires, sin que -según ellos- las autoridades locales se lo hayan solicitado.
La situación derivó en carreras y choques aislados, pero acabó normalizándose minutos después. Medios locales informaron de la detención de dos manifestantes.
Horas antes, los organizadores de la marcha habían aseguraron que iban a cortar las calles de Buenos Aires, en un claro desafío a las nuevas normas de seguridad que castigan a los responsables de montar piquetes.
“Vamos a marchar por la calle, como se hacen las manifestaciones en todo el mundo. Lógicamente, las manifestaciones se hacen por la calle”, dijo a los medios de comunicación Belliboni, antes de iniciar la marcha.
“Si tocan la calle, lo van a perder”, reiteró la mañana de este miércoles la ministra, quien pidió también no convertir las protestas en “una situación de violencia extrema”
El Ministerio de Seguridad argentino, por su parte, difundió a través de sus redes sociales un video de la ministra Patricia Bullrich en el centro de las operaciones policiales.
En un mensaje publicado en las redes sociales, Iñaki Gutiérrez, uno de los principales asesores de Milei, cifró en 9.000 el número de denuncias contra líderes de organizaciones sociales recibidas hasta el mediodía de este miércoles en la línea telefónica habilitada para registrar demandas anónimas sobre los líderes sociales que amenacen a los trabajadores con no percibir los beneficios si no participan en las protestas.
Varios agentes han protagonizado controles de tráfico en las carreteras, deteniendo camiones, ómnibus y vehículos particulares.
“Estamos con todas nuestras fuerzas federales en cada punto neurálgico del país, cuidando a los argentinos”, indicó el Ministerio de Seguridad por medio de un mensaje difundido en redes sociales.
Este miércoles, con las primeras protestas convocadas contra el flamante Gobierno de Milei, se pondrá en marcha el protocolo antipiquetes promovido por Patricia Bullrich, ministra de Seguridad, mediante el cual identificarán a los manifestantes para retirarles los beneficios sociales que tengan.
“Estamos con todas nuestras fuerzas federales en cada punto neurálgico del país, cuidando a los argentinos”
“Si tocan la calle, lo van a perder”, reiteró la mañana de este miércoles la ministra, quien pidió también no convertir las protestas en “una situación de violencia extrema”. Refiriéndose a las más de 200 organizaciones sociales convocadas, aseveró: “No va a ser por medio de un piquete que alguien va a conseguir algo”.
Por su parte, Cuba respondió a las acusaciones de Bullrich acerca de la participación de agitadores cubanos y venezolanos en las protestas. La declaración no la ha emitido el canciller, Bruno Rodríguez, como suele ocurrir en estas ocasiones, sino el director general de América Latina del Ministerio de Relaciones Exteriores, Eugenio Martínez, este martes a través de las redes sociales. El funcionario catalogó la denuncia como un “intento fallido de hallar causas donde no deben buscarse”.
En un breve y seco mensaje, de menos de un minuto, Martínez expresa en primera persona que han “observado varios intentos calumniosos de asociar a Cuba con la supuesta agitación o preparación de actos vandálicos en la República Argentina” y afirma “categóricamente que Cuba no promueve, ni participa, ni ejecuta actos que constituyan injerencias en los asuntos internos de la Argentina”.
El funcionario no se extiende más sobre los trabajos de investigación que Bullrich, afirmó estar realizando para identificar y desarticular a grupos de agentes cubanos y venezolanos con instrucciones de sembrar el caos en el país.
Precisamente, la Fundación para los Derechos Humanos en Cuba acaba de incorporar a su lista de represores a Sergio Alejandro Odriozola Diez, jefe de Centro de la Dirección de Inteligencia en la Embajada de Cuba en Buenos Aires. Este teniente coronel es el responsable, según el comunicado de la organización con sede en EE UU, de la presencia de los agitadores cubanos que ha denunciado el Gobierno argentino.
Este teniente coronel es el responsable, según el comunicado de la organización con sede en EE UU, de la presencia de los agitadores cubanos que ha denunciado el Gobierno argentino
Odriozola Diez ha sido incluido por la organización en la base de datos en la categoría “represor de exportación”, que contiene a los agentes destinados a trabajar en el extranjero con el fin de organizar, asesorar y participar acciones subversivas al orden en Estados democráticos.
Las protestas ocurren cuando Javier Milei insiste en poner cuanto antes lo prometido en campaña. Esto es, por un lado, detener la inflación y estabilizar económicamente a Argentina y, por otro, tomar distancia de regímenes autocráticos en la región. La primera muestra ha sido no designar embajadores en Cuba, Venezuela y Nicaragua.
La decisión marca el rumbo de la diplomacia argentina y tendrá repercusiones tanto en las Naciones Unidas (ONU) como en la Organización de los Estados Americanos (OEA). Milei argumentó que la medida es indicativa de la postura de Argentina frente a Gobiernos que violan los derechos humanos. Por el momento solo se mantendrán representantes formales en La Habana, Managua y Caracas.
Tras la exclusión de Miguel Díaz-Canel, Nicolás Maduro y Daniel Ortega de la ceremonia de toma de posesión del presidente libertario argentino, la cancillería de Nicaragua anunció la retirada de su embajador en Buenos Aires con efecto inmediato.
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