MADRID, España.- El escritor, periodista, poeta y diplomático nicaragüense Rubén Darío (1867-1916), representante del Modernismo literario en lengua española, llegó a Cuba por vez primera el 27 de julio de 1892.
Quien fuera llamado el príncipe de las letras castellanas, arribó al puerto de La Habana en el vapor México en tránsito hacia España, donde representaría a su país en las festividades por el cuarto centenario del primer viaje de Cristóbal Colón al continente americano.
La redacción de la publicación periódica El Fígaro le ofreció un banquete al que asistieron, entre otras personalidades de la cultura insular, Julián del Casal y Enrique Hernández Miyares. También participó en paseos, tertulias y agasajos.
Continuaría la travesía con rumbo a la península ibérica en la tarde del 30 de julio. Pero en unos meses volvería a la Isla: el 5 de diciembre siguiente, de regreso de España en el vapor Alfonso XIII, haría su segunda escala en La Habana, aunque solo por unas horas, pero dejó textos inéditos en El Fígaro.
Un año después Rubén Darío fue presentado a José Martí en Nueva York. Y el 2 de septiembre de 1910 pasó otra vez por Cuba, estancia breve durante la que visitó al patriota y diplomático Manuel Sanguily, conoció al periodista Manuel Márquez Sterling y se le ofreció un banquete en el hotel Inglaterra.
De la ciudad habanera partió hacia México en el vapor Champagne. Sin embargo, días más tarde estaba de vuelta en la Isla, donde permaneció hasta noviembre, mes en que regresó a Europa en una embarcación alemana.
Importantes publicaciones periódicas de la época como La Habana Elegante dieron cuentas de la presencia en la capital de Cuba de Rubén Darío, cuyo verdadero nombre era Félix Rubén García Sarmiento.
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