LA HABANA, Cuba. – La historia de la medicina antillana recoge que la primera cesárea practicada por un médico cubano estuvo a cargo del Dr. Eusebio Hernández Pérez (obstetra, pedagogo y general del Ejército Libertador). La operación se llevó a cabo en agosto de 1890, en una clínica en París, y la paciente fue su propia esposa.
Mucho antes, en 1825, se había realizado en Cuba la primera cesárea a una madre muerta, aunque no se especifica el nombre del cirujano, ni se mencionan otras que probablemente fueron practicadas en la segunda mitad del siglo XIX por alguno(s) de los excelentes galenos que entonces vivían y trabajaban en la Isla.
En el año 1900, en el Hospital No.1 de La Habana, hoy Calixto García, se realizó la primera cesárea exitosa para la madre y el feto. El mérito recae sobre el distinguido galeno Enrique Fortún André (1872-1947), quien fue profesor durante cinco décadas de Patología Quirúrgica en la Universidad de La Habana. En honor al médico y a su proeza, los padres de la criatura la nombraron Fortuna Cesárea Enriqueta.
El procedimiento, asistido por la Dra. Teresa Mederos ―comadrona facultativa―, fue publicado en la revista Archivos de la Sociedad de Estudios Clínicos de La Habana y marcó un hito en el desarrollo de la cirugía obstétrica en la Isla.
En agosto de 1900 los doctores Jorge Le Roy Cassá y Ernesto de Aragón Muñoz hicieron la primera cesárea seguida de histerectomía. Seis años después, el 3 de julio de 1906, en el Hospital General de Guanabacoa se presentó una gestante con signos evidentes de desnutrición y una severa escoliosis que le provocaba estrechez pelviana.
Ante la gravedad del caso y la imposibilidad de la parturienta de dar a luz de forma natural, el Dr. Gabriel Cubría Puig realizó la primera cesárea gemelar en Cuba, salvando a los bebés y a su progenitora.
Se estima que este eminente cirujano ejecutó más de 2.000 procedimientos de cirugía mayor, entre ellos 35 cesáreas, con una alta tasa de supervivencia para las madres y sus recién nacidos.
