Una decena de madres de menores con enfermedades crónicas o de difícil tratamiento exigieron este viernes, frente a la sede del Ministerio de Salud Pública en La Habana, una atención médica de mejor calidad para sus hijos y con la consigna: “No queremos más comunismo, queremos una solución”. Algunas de las mujeres –entre ellas, algunas procedentes de Pinar del Río y Mayabeque– fueron detenidas antes de poder manifestarse en la esquina de 23 y N, según denunció la activista Diasniurka Salcedo Verdecia, que reportó la protesta en una transmisión directa de Facebook.
“Estamos exigiendo que haya mejor calidad de vida para todos estos niños vulnerables a los que la dictadura no atiende. Todos estos niños se están muriendo por culpa de una dictadura”, reclamó Salcedo en nombre de las madres.
Tras ser interpelada por un funcionario que se identificó como Fernando, trabajador del Ministerio, Salcedo reclamó que, antes de cualquier negociación, la Policía permitiera la reincorporación de las madres detenidas. Las mujeres, explicó, se trasladaban en un vehículo que fue interceptado en la esquina de 23 y M, una cuadra antes de llegar al lugar de la protesta. “Si no estamos haciendo nada malo, ¿por qué están deteniendo a las madres que estaban en la otra esquina?”, cuestionó.
“Lo único que pido es una visa humanitaria. Quiero sacar a Damir de Cuba. En Cuba no hay solución para Damir. Mi hijo vive con un casco de protección porque tiene un hueco en la cabeza”
Las mujeres que sí lograron llegar a la sede ministerial también se negaron a entrar al interior del edificio para “atenderlas”, como pidió el funcionario Fernando, hasta contar con la presencia de las detenidas.
Una de las madres que intervino en la directa de Salcedo aseguró que Frida, que se proponía asistir a la manifestación, “tiene dos policías fuera de su casa y no la dejan salir”.
Las mujeres también denunciaron cortes de internet y problemas en la telefonía que les impidieron transmitir la manifestación por otros canales, además del de Salcedo. Es el caso de la madre de Geobel Damir Ortiz Ramírez, de nueve años y residente en San Miguel del Padrón, para quien reclama una visa humanitaria que le permita ser atendido en el extranjero.
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“Lo único que pido es una visa humanitaria. Quiero sacar a Damir de Cuba. En Cuba no hay solución para Damir. Mi hijo vive con un casco de protección porque tiene un hueco en la cabeza”, dijo la mujer mientras enseñaba a su hijo a la cámara. Según explicó, el menor tiene un tumor cerebral que le abarca desde el ojo derecho hasta la zona posterior de la cabeza y “le está abriendo el cráneo”, dijo.
Otra mujer presentó la foto de su hija que lleva cinco años esperando un trasplante de esófago. “Mi hija lleva dos años sin una dieta médica, a pesar de que no puede comer por la boca, porque el pediatra dice que no cumple los requerimientos. Tampoco tenemos insumos para hacerle las curas”, dijo, y también solicitó una visa humanitaria para que su hija pudiera “ser atendida, que tenga una buena alimentación y pueda operarse”.
Salcedo transmitió además el momento en que “un hombre con pulóver rojo” detenía a su marido, que también formaba parte de la protesta en las inmediaciones del ministerio. “Vean, se están llevando a mi esposo. Así actúan, esto es una dictadura. De aquí no me voy a mover”, aseveró.
Segundos después llegó otra madre, proveniente de Mayabeque, con siete de sus ocho hijos. “Tengo ocho menores y una mala situación de vivienda. He recurrido a todas las instituciones, pero me pelotean de aquí para allá. También estamos pasando mucha necesidad con los alimentos”, lamentó.
La presencia de la protesta en redes sociales fue corta. Poco después de terminada la directa, Salcedo publicó en su perfil de Facebook que ya no era capaz de transmitir. Desde entonces la situación de las mujeres frente al ministerio es incierta.
Un video publicado en la red social X por el perfil Yamila, la hija de Maceo, mostraba a una caravana de motos y carros estatales. Según dijo la activista, se trataba de vehículos de la Seguridad del Estado dirigiéndose al Ministerio de Salud Pública. No ofreció más detalles.
“Tengo ocho menores y una mala situación de vivienda. He recurrido a todas las instituciones, pero me pelotean de aquí para allá”
Pese a esta situación y a las múltiples denuncias contra el sistema sanitario cubano en redes, un artículo publicado este viernes en el oficialista Escambray celebraba la historia de Andrew, un niño espirituano que estuvo a punto de perder una pierna luego de ser atropellado por una pipa de agua. La celeridad con la que, según el diario, actuaron los médicos, le salvó la vida al niño y demostró la profesionalidad del sistema, que funciona, como todo en la Isla, “gracias a la Revolución” y pese al bloqueo de EE UU.
La crisis de la Salud Pública en Cuba, un país donde se le exige a los pacientes que aporten los insumos que necesitan para el más mínimo tratamiento, ha llegado a un punto crítico en los últimos meses. La formación de nuevos sanitarios, indispensable para garantizar el relevo en un contexto de éxodo imparable de profesionales, también avanza por mal camino.
Addiel Marrón, un médico holguinero graduado hace solamente un año, lamentó en su perfil de Facebook este miércoles que “el sacrificio de seis años de estudio no valga la pena”. Según el joven, la emigración de sus compañeros y las difíciles condiciones en que debe trabajar, amén de los pésimos salarios, amargan el inicio de su carrera profesional. “De lo único que me siento orgulloso es de que pude darle a mis padres la satisfacción de haberme graduado y de tener los conocimientos para salvar una vida”.
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