MIAMI, Estados Unidos. – El Departamento para la Cooperación y Observación Electoral (DECO) de la Secretaría para el Fortalecimiento de la Democracia (SFD) de la Organización de los Estados Americanos (OEA) concluyó este martes que “no pueden reconocerse los resultados anunciados por el Consejo Nacional Electoral (CNE)” de Venezuela que proclaman ganador a Nicolás Maduro en las elecciones celebradas el pasado domingo.
En un contundente informe, la OEA recuerda que más de seis horas después del cierre de la votación, el pasado domingo 28 de julio, el CNE anunció que había procesado el 80% de las mesas de votación y declaró ganador al candidato oficialista, Nicolás Maduro, sin proporcionar detalles específicos de las mesas procesadas ni publicar las actas.
El organismo multinacional también precisa que las cifras publicadas por el CNE presentaron “errores aritméticos” y que estas irregularidades fueron parte de “una estrategia coordinada para vulnerar la integridad del proceso electoral”.
El informe detalla diversas violaciones al proceso electoral, incluyendo “la opacidad del CNE y su resistencia a la observación nacional e internacional, la extrema inequidad en la contienda, la intimidación y la persecución política, la supresión de candidaturas, y los ataques a la prensa y al derecho a la información”.
Esto, junto con la demora en la apertura de centros de votación y en la divulgación de los resultados, así como la suspensión en la transmisión de resultados, son indicativos de un proceso profundamente viciado, precisa el organismo multinacional.
La OEA también documentó una serie de actos de persecución y represión dirigidos contra la oposición. “Hasta el 25 de julio de 2024, la organización no gubernamental Foro Penal registraba 135 arrestos arbitrarios por razones políticas”. Además, se denunció un atentado contra María Corina Machado, líder de la oposición, a quien le cortaron las mangueras de los frenos de sus vehículos.
El informe menciona que Maduro, durante la última semana de campaña, acusó a los medios internacionales de ser “sicarios de la mentira” y amenazó con un “baño de sangre” si no ganaba la reelección. Estos discursos, según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), “amedrentan y coartan la libertad política del electorado”.
Además, el informe subraya que “la transparencia y la apertura a la observación nacional e internacional constituyen pilares fundamentales de todo proceso electoral democrático”. Sin embargo, el CNE limitó significativamente la participación de observadores internacionales y nacionales. “El 28 de mayo el CNE revocó la invitación a la misión de observación de la Unión Europea“, justificando la decisión por las sanciones económicas del bloque. Además, el CNE no acreditó al Observatorio Electoral Venezolano (OEV).
El informe también critica duramente la gestión del registro electoral y el voto en el extranjero. A pesar de que más de cinco millones de venezolanos residen fuera del país, solo 69.211 estaban habilitados para votar. “Este último dato refleja el total desinterés del CNE por hacer efectivo el derecho fundamental al sufragio que la normativa otorga a la diáspora venezolana”.
La OEA concluye que las elecciones en Venezuela no cumplen con los estándares internacionales de transparencia y equidad, y que “la suma de diversos elementos imposibilita otorgarle reconocimiento democrático a las cifras oficiales”.
El informe finaliza con una serie de recomendaciones para la comunidad internacional y los actores democráticos en Venezuela. “Es imperativo que la comunidad internacional se mantenga vigilante y continúe ejerciendo presión para garantizar que se respeten los derechos democráticos del pueblo venezolano”. Además, la OEA hace un llamado a todas las partes involucradas a “entablar un diálogo constructivo y buscar soluciones pacíficas y democráticas a la crisis política en Venezuela”.
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