MADRID, España.- El 4 de diciembre de 1980 quedó grabado en la memoria de los amantes del rock como el día en que una de las bandas más legendarias de todos los tiempos, Led Zeppelin, tomó la decisión de separarse. Aproximadamente dos meses después de la trágica muerte de su excepcional baterista, John Bonham, el destino de la banda llegó a un punto de inflexión.
La noticia conmocionó a los fanáticos y al mundo de la música. John Bonham, conocido por su técnica inigualable y su energía apasionada detrás del kit de batería, falleció el 25 de septiembre de 1980. Su pérdida dejó un vacío imposible de llenar para Robert Plant, Jimmy Page y John Paul Jones, los otros tres pilares fundamentales de Led Zeppelin.
La banda británica había enfrentado desafíos previos, pero la muerte de Bonham marcó un punto de quiebre. La banda, que siempre se destacó por su unidad y química musical única, sintió que continuar sin su baterista original no sería más que una sombra de lo que alguna vez fueron.
Formada en 1968, la agrupación que reinventó el rock con himnos como “Stairway to Heaven” y “Whole Lotta Love” llegaba a su fin.
Tras la separación, Led Zeppelin explicó en un comunicado: “Deseamos que se sepa, que la pérdida de nuestro querido amigo y el profundo respeto que tenemos por su familia, junto con el profundo sentido de la armonía indivisible que sentimos nosotros y nuestro mánager, nos han llevado a decidir que no podemos continuar como estábamos”.
A pesar de su separación, su impacto ha perdurado a lo largo de décadas. La habilidad en la guitarra de Jimmy Page, la voz distintiva de Robert Plant, el bajo de John Paul Jones y la potente batería de John Bonham, aún son admiradas por los amantes del rock.
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