La comunidad de hackers que desveló las identidades de casi 200 mercenarios cubanos luchando con el Ejército ruso en Ucrania ha vuelto a filtrar más datos. De acuerdo con la información disponible, 59 personas más, con pasaporte de la Isla, firmaron un contrato para ingresar en las Fuerzas Armadas rusas en la ciudad de Tula. De ellos, al menos 11 lo hicieron después de que las autoridades cubanas anunciaran, el pasado 8 de septiembre, 17 detenciones de personas vinculadas a una red de trata y tráfico de personas y mercenarismo vinculada a este caso.
La llegada de los nuevos reclutas se produjo entre el 25 de agosto y el 29 de septiembre para firmar un contrato. Pese a ello, los hackers han podido confirmar que no todos los cubanos llegaban desde la Isla, como es el caso de algunos que ya residían fuera y entraron con otro pasaporte o, incluso vivían en Rusia desde antes de la invasión a Ucrania.
Los cubanos sirven en la 106 División Aerotransportada de las Fuerzas Armadas de Rusia, que según los ‘hackers’ se está convirtiendo, de facto, en la “legión internacional” del Ejército de Moscú
En algún caso, por el contrario, sí hay reclutas que viajaron directamente desde la Isla y atraídos por las promesas de nacionalidad, salarios superiores a los 2.000 dólares y todo tipo de ventajas para el militar y sus familiares. Los cubanos sirven en la 106 División Aerotransportada de las Fuerzas Armadas de Rusia, que según los hackers se está convirtiendo, de facto, en la “legión internacional” del Ejército de Moscú. También en ella hay serbios que han viajado desde su país para apoyar a sus vecinos.
Según la nueva información, difundida en la web InformNapalm, del último grupo de reclutas cubanos ya hay al menos tres combatiendo, mientras que el resto aún están en el proceso de formalización de contratos.
Las informaciones de que había cubanos luchando en el Ejército ruso comenzaron como rumor desde el inicio de la invasión a Ucrania, en febrero de 2022, pero no se confirmaron hasta que algunos de ellos, aparentemente engañados, comenzaron a denunciarlo a medios de comunicación cubanos independientes o ubicados en Miami. El pasado 6 de septiembre, Cyber Resistance filtró los pasaportes de 199 cubanos que estaban en Tula tras haber firmado un contrato para combatir con las Fuerzas Armadas de Rusia, forzando de inmediato el reconocimiento de las autoridades de que había personas detenidas en relación a este asunto.
El Gobierno afirmó que trabajaba según los compromisos internacionales de los que es signatario y que persiguen el mercenarismo, pero las sospechas sobre una posible connivencia para participar en el envío de combatientes han planeado sobre las autoridades, especialmente por las cada vez más intensas relaciones entre La Habana y Moscú.
Distintas organizaciones han calificado de altamente improbable que a un Estado con el control sobre sus ciudadanos como el que tiene Cuba se le haya escapado que había operaciones en marcha para reclutar a nacionales y llevarlos a combatir al extranjero, un delito que en la Isla está penado hasta con la muerte.
Informnapalm se pregunta por qué parece que el Gobierno cubano no ha hecho nada, tras el anuncio de las detenciones, por frenar esta situación.
La obligación de Cuba, como país firmante del convenio de La Haya es “impedir la formación de grupos mercenarios en su territorio con el fin de intervenir en un conflicto armado ante el que han decidido permanecer neutrales”. Pero esta misma normativa internacional no considera que los Estados sean responsables “cuando los individuos cruzan la frontera por voluntad propia para ofrecer sus servicios a los beligerantes”.
“No tenemos nada en contra de los cubanos que solo quieren firmar un contrato y participar legalmente en esta operación con el Ejército ruso. Pero nos oponemos a la ilegalidad”
Las autoridades cubanas jugaron con este planteamiento a mediados de septiembre, cuando, a partir del escándalo, el embajador en Rusia, Julio Antonio Garmendia Peña, dijo a la agencia estatal RIA Nóvosti: “No tenemos nada en contra de los cubanos que solo quieren firmar un contrato y participar legalmente en esta operación con el Ejército ruso. Pero nos oponemos a la ilegalidad y estas operaciones, que no tienen nada que ver con el ámbito legal”.
Pocas horas después, el canciller Bruno Rodríguez dijo que reafirmaba “la posición inequívoca e invariable del Gobierno”, que, “conforme a la legislación nacional, es contraria a la participación de ciudadanos cubanos en cualquier conflicto, contra el mercenarismo y contra la trata de personas”.
Por el momento, y al calor de otros acontecimientos internacionales que han opacado el asunto de los mercenarios cubanos, nada se ha vuelto a saber en relación a los detenidos y si se han iniciado sus procesos o continúa la investigación.
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