Entre enero y junio de 2024, las actividades inmobiliarias, de hoteles y restaurantes recibieron el 37,8% del total de inversiones y el suministro de electricidad, gas y agua, solo el 10,6%.
SAN LUIS POTOSÍ, México.- El destacado economista cubano Mauricio de Miranda Parrondo, profesor titular de la Pontificia Universidad Javeriana de Cali, Colombia, explicó en un análisis publicado en sus redes sociales que las políticas fallidas del Gobierno, como la irracional asignación de recursos en las diferentes ramas de la economía han provocado el colapso energético.
A diferencia de la razón argüida por el régimen para explicar la debacle electroenergética (el “bloqueo”) los datos demuestran que en Cuba se dilapidan recursos en sectores no prioritarios y se dedica una menor parte a la infraestructura energética, de gas y de agua.
Para ejemplificarlo, De Miranda expuso que entre 2021 y 2023 el total de inversiones fue de 226.656 millones de pesos, de los cuales 81.117 millones (35,8%) fueron para actividades inmobiliarias, hoteles y restaurantes. Los suministros de electricidad, gas y agua totalizaron solo 20.882 millones de pesos (9,2% del total); la industria no azucarera 16,6%; industria azucarera 0,4%; agricultura 2,9%; salud y asistencia social 1,9% y educación 1,3%.
Por otra parte, entre enero y junio de 2024, las actividades inmobiliarias, hoteles y restaurantes recibieron el 37,8% del total de inversiones (43.120 millones de pesos). La electricidad, gas y agua recibieron el 10,6%; la industria no azucarera 19,5%; azucarera 0,5%; agricultura 2,5%; salud y asistencia social 1,8% y educación 1,0%.
“Esta política inversionista claramente va en contra del interés nacional y en un país democrático en el que existieran contrapesos de poderes ya se habría iniciado una investigación para determinar cuáles son las razones por las que los escasísimos recursos del país se destinan a un sector en el que las tasas de ocupación están al 25% en 2023, según datos de la ONEI”, manifestó el experto.
Con recursos escasos, estos deberían asignarse “racionalmente”. Sin embargo, en la Isla, “son asignados por una clase burocrática que se cree depositaria de la propiedad que supuestamente es de todo el pueblo, pero no lo es en realidad”.
Se trata, según describió, de una política “fallida, irresponsable y lesiva contra los intereses de la sociedad y de la nación”.
El sector energético, la industria, la agricultura y el sector azucarero agonizan en el país, “como testimonio fehaciente del nivel de destrucción causado por décadas de voluntarismo y desprecio por las leyes de la economía”.
El pasado viernes, el Ministerio de Energía y Minas (MINEM) de Cuba informó que se produjo la “desconexión total” del Sistema Electroenergético Nacional (SEN) tras la salida de la Central Termoeléctrica Antonio Guiteras.
Ese día, la Unión Eléctrica (UNE) de Cuba ya había anunciado que los apagones abarcarían de manera simultánea el 49% del territorio nacional en el horario pico, tras una jornada en que el déficit de generación fue aún mayor (51%).
Rápidamente, el gobernante cubano Miguel Díaz-Canel achacó la crisis energética de Cuba al embargo norteamericano: “el arreciamiento de la guerra económica y persecución financiera y energética de Estados Unidos, lo que dificulta la importación de combustible y otros recursos necesarios para esa industria”.
Mientras el régimen duplica la inversión en hoteles y restaurantes, el gasto en Educación experimeta significativas reducciones, pues decreció en más de 20% y solo se le destinó el 1% de la inversión.
Mientras tanto, en Salud pública y asistencia social solo se invirtieron 769 millones de pesos, el 1,8% del total y un 23% menos respecto a lo invertido en el primer semestre de 2023.
El monto destinado al suministro de electricidad, gas y agua; al transporte, almacenamiento y comunicaciones, y a la agricultura, ganadería, caza y silvicultura, mostraron el primer semestre poca inversión.
