(EFE).- Los barcos de la Flota Rusa han dejado de acercarse a la parte occidental del mar Negro por temor a los crecientes ataques con drones y misiles por parte de Ucrania, y se repliegan en sus costas sin arrimarse siquiera a la extremidad oeste de la península ocupada de Crimea, según declaró este miércoles una portavoz militar ucraniana.
“Actualmente, los barcos y botes de la Flota del mar Negro de la Federación Rusa no navegan en dirección al mar territorial de Ucrania”, dijo la jefa del centro de prensa del comando operativo Sur ucraniano, Natalia Gumeniuk.
Según la portavoz, los barcos rusos se repliegan junto al territorio ribereño que pertenece a la Federación Rusa y “de vez en cuando aparecen cerca de la costa de Crimea, pero no osan acercarse al cabo de Tarjankut”, el extremo más occidental de esta península ucraniana ocupada desde 2014 por Rusia.
Los barcos rusos se repliegan junto al territorio ribereño que pertenece a la Federación Rusa y “de vez en cuando aparecen cerca de la costa de Crimea, pero no osan acercarse al cabo de Tarjankut”
La inteligencia militar británica había afirmado este lunes que la Flota Rusa del mar Negro está trasladando “sus actividades” al puerto de Novorossíisk, en territorio de la Federación Rusa situado al noreste de ese mar, debido al riesgo de ataques contra sus efectivos en el puerto de Sebastopol.
Este puerto del suroeste de Crimea es la principal base de la Flota Rusa del mar Negro y fue atacado en septiembre con misiles por Ucrania, en un ataque en el que sufrieron daños un submarino y un buque militar ruso en el que, según Kiev, murieron decenas de militares que estaban a bordo.
Según Gumeniuk, la aviación rusa ataca la isla de las Serpientes, bajo control ucraniano y situada en la zona noroccidental del mar Negro, con bombas aéreas -que permiten a los cazas que las lanzan no acercarse al objetivo- para demostrar su capacidad de seguir bloqueando la navegación civil a costas ucranianas.
En los últimos días, Ucrania ha reabierto a la navegación comercial parte de sus puertos marítimos sobre los que Rusia declaró un bloqueo a mediados de julio al dar por terminado el llamado acuerdo del grano, por el que se comprometió durante un año a permitir las exportaciones agrícolas ucranianas desde tres puertos de Odesa.
Ucrania ha creado este nuevo corredor, que funciona bajo la protección de la Armada ucraniana, de manera unilateral, después de haber intensificado los ataques contra la Flota Rusa en todo el mar Negro para alegar a sus buques militares de las costas que Kiev controla.
Este martes se hizo público en Kiev un informe de la Oficina del Alto Comisionado para los Derechos Humanos de la ONU acusa a Rusia de matar en seis meses una media de seis civiles ucranianos al día que cifra. El texto concluye que el número de muertos no militares son “cerca de 10.000”.
“Más de veinte meses después de la invasión rusa, los civiles ucranianos siguen pagando un precio terrible con cerca de 10.000 muertos y decenas de miles de heridos”
“Más de veinte meses después de la invasión rusa, los civiles ucranianos siguen pagando un precio terrible con cerca de 10.000 muertos y decenas de miles de heridos”, se lee en las conclusiones del informe. “Durante los seis meses pasados, la guerra se ha cobrado, de media, seis vidas civiles al día”, añade.
El informe documenta los constantes “ataques con misiles contra zonas residenciales e infraestructura crítica” y los bombardeos rusos contra la industria del cereal y las infraestructuras agrícolas que “continúan sembrando el miedo y la destrucción” en toda Ucrania. Entre los efectos de la guerra sobre la población, la investigación de la ONU destaca las consecuencias económicas que para millones de ellos ha tenido la invasión rusa.
Las torturas generalizadas con palizas, descargas eléctricas, simulaciones de ejecuciones, violencia sexual y otras formas de malos tratos a las que las fuerzas rusas someten a prisioneros de guerra ucranianos y civiles en los territorios ocupados son otra las violaciones sistemáticas de los derechos humanos documentadas.
El informe se hace eco también de los chantajes que sufren los ciudadanos ucranianos de las zonas ocupadas para que acepten la ciudadanía rusa, sin la que se les niega a menudo el acceso a servicios básicos.
Los ucranianos varones de estas zonas se enfrentan también a la amenaza de ser enviados al frente a luchar del lado ruso contra las fuerzas armadas de su país.
Otro de los abusos denunciados en el informe son las transferencias forzosas de niños y menores ucranianos, que en muchos casos estaban a cargo del Estado ucraniano y sufren de minusvalías psíquicas e intelectuales, de unas zonas ocupadas a otras o a territorio de la Federación Rusa.
El informe critica la “severidad” con que son perseguidos y a veces condenados delitos no violentos como la justificación de la invasión rusa en redes sociales, y pide más claridad en la legislación
Del lado ucraniano, el informe expresa preocupación por los cerca de 8.000 procesos penales abiertos a supuestos colaboracionistas hasta julio de este año. Según los datos citados, la justicia ha emitido sentencias condenatorias en “casi todos” los casos que se han juzgado.
Los acusados son, en muchas ocasiones, personas que colaboraron con las autoridades rusas implantadas en territorios ocupados por Rusia y liberados después por Ucrania que aceptaron trabajar con los ocupantes en puestos de distinta responsabilidad. Muchos de estas personas dijeron a los investigadores de la ONU haberlos aceptado bajo amenazas.
Además, el informe critica la “severidad” con que son perseguidos y a veces condenados delitos no violentos como la justificación de la invasión rusa en redes sociales, y pide más claridad en la legislación para evitar decisiones arbitrarias en este sentido.
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