AREQUIPA.-Tras su inauguración el 4 de septiembre de 1944, el obelisco y la plaza circundante de Marianao se convirtieron en los lugares más representativos y simbólicos del municipio.
Sobre el origen y el nombre del monumento, han persistido varios errores a lo largo del tiempo. Algunos sostenían que fue erigido para rendir homenaje al científico cubano Carlos J. Finlay debido a su parecido con una jeringuilla. La noción es equivocada, pero todavía en el imaginario popular de hoy pulula esa conjetura.
En realidad, estas estructuras fueron erigidas durante el periodo constitucional del presidente Fulgencio Batista con el propósito de conmemorar el golpe de Estado que él, siendo sargento, protagonizó el 4 de septiembre de 1933, justo once antes. La construcción fue planeada para ejecutarse frente a la entrada principal del campamento de Columbia.
El ingeniero arquitecto José Pérez Benitoa, a través de la monumental plaza elipsoidal, embelleció el lugar y proporcionó una solución vial que facilitó el tránsito entre la Calzada de Columbia y la Avenida Menocal (actual calle 100).
Por su parte, el obelisco, rodeado de edificios con marcado estilo art decó, cumplía también una función importante toda vez que los faros en su cima garantizaban la navegación del cercano aeropuerto militar.
Entre 1933 y 1939, bajo el liderazgo del coronel Batista como jefe del Ejército, el campamento se transformó en la Ciudad Militar. Lo que originalmente era un conjunto de barracas de madera precarias se convirtió en un complejo moderno con amplias avenidas y edificaciones funcionales.
La instalación contaba con un polígono de seis kilómetros de largo y cien metros de ancho, delimitado por dos avenidas que conducían al Cuartel General, la sede del Estado Mayor. Durante la República, se decía que quien mandaba en Columbia, mandaba en Cuba.
El complejo llegó a albergar a más de 6.000 personas y fue la sede de la División de Infantería Alejandro Rodríguez y del Regimiento Mixto de Tanques 10 de Marzo, componentes clave del Ejército cubano. El Estado Mayor Conjunto también se estableció allí según la Ley Orgánica de las Fuerzas Armadas de 1957.
Después de la huida del dictador Batista en 1959, el comandante Camilo Cienfuegos asumió el control de Ciudad Militar sin disparar un tiro. Se cambió el nombre del campamento a Ciudad Libertad y se demolieron los muros que lo rodeaban.
El 14 de septiembre del mismo año, las Fuerzas Armadas entregaron la instalación al Ministerio de Educación, marcando el inicio de la Ciudad Escolar Libertad.
