Thursday, September 19, 2024
Google search engine
HomeCubaLa Candonga de Holguín: hay de todo, pero caro y con falta...

La Candonga de Holguín: hay de todo, pero caro y con falta de higiene

HOLGUÍN, Cuba. – “Vine a almorzar pero mi salario de 4.500 pesos mensuales no me permite pagar los precios aquí en la Candonga”, dice a CubaNet Juan Carlos Rodríguez López, trabajador de una empresa estatal que considera que en esta especie de mercado no estatal los precios están por encima del salario promedio en Cuba (4.000 pesos mensuales).

Situada en el parqueo del Estadio “Calixto García Íñiguez”, de Holguín, y con más de 30 puestos privados de venta de bebidas y comida, la Candonga, como popularmente se conoce, es mucho más que un simple mercado: es un crisol de contrastes y realidades que dan cuenta de las complejidades de la sociedad cubana actual.

Los altos precios, la escasez de productos, la falta de competencia gubernamental y la lucha diaria de los vendedores por sostener sus negocios son solo algunas de las facetas de este panorama. 

La Candonga de Holguín
La Candonga de Holguín (Foto: CubaNet)

Considerado uno de los lugares de venta de comida y bebidas más grande del territorio, la Candonga es una referencia de la galopante inflación y la indetenible desigualdad social que afecta cada vez más a Cuba.

Un plato de comida compuesto de carne, congrí, ensalada y vianda cuesta 1.000 pesos, un bocadito de cerdo asado 300, la libra de carne de cerdo asado 1.500: son solo tres ejemplos de los inalcanzables precios para la mayoría.

Según Teresa García Fernández, la Candonga es un ejemplo del discurso de doble moral del Gobierno. “Los gobernantes critican al capitalismo por, supuestamente, tener diferencias de clases, pero en Cuba, que su gobierno dice ser comunista, es igual o peor. Aquí la mayoría no puede comprar la comida de la Candonga por unos altos precios que solo una minoría de la población puede pagar”.

Precios de un puesto gastronómico en la Candonga de Holguín (Foto: CubaNet)

La voz “candonga” fue importada a la Isla por los cubanos que trabajaron o participaron en la guerra de Angola en las décadas del 70 y el 80 del siglo pasado. Así se denominaban a los concurridos lugares de venta informal en el país africano de habla portuguesa.

La palabra se afianzó durante el “Periodo Especial”, eufemismo acuñado por Fidel Castro para nombrar la crisis económica cubana de los años 90, tras el derrumbe del campo socialista de Europa.

En la Candonga también se encuentran personas, incluyendo niños, pidiendo alimentos y comiendo de las sobras, otro indicador de la desigualdad social, la aguda crisis actual, el aumento de la pobreza y la desatención del Gobierno a los más necesitados. “Es doloroso ver a hombres y mujeres pidiendo comida, pero más cruel es el aumento de los niños en esta situación”, afirma Adolfo López Martínez, un cliente de la Candonga entrevistado por CubaNet.

Un puesto de venta de comida en la Candonga de Holguín (Foto: CubaNet)

Rodolfo Sánchez Rivera, un pasajero que viaja de La Habana a Santiago Cuba, comentó que este es uno de los lugares más caros del país. “Venimos de La Habana y hemos parado en varios lugares para comer y este es el más caro”, dice. 

También se critica la relación precio, cantidad y calidad. “Las ofertas son caras y hasta mal elaboradas. En el peor de los casos te das cuenta de que es una comida que quedó del día anterior y te la venden como si fuera de hoy”, dice Antonio Torres Rodríguez, quien visita la Candonga por tener a su hijo ingresado en el Hospital Pediátrico “Octavio de la Concepción y de la Pedraja”, muy cercano al lugar.

La falta de higiene, a la vista de todos, sugiere que en la Candonga el silencio de los inspectores de Salud Pública está comprado. “Yo no tengo pruebas de que los vendedores le pagan a los inspectores para que se hagan de la vista gorda, pero la lógica dice que es así porque de lo contrario no hubiera tanta falta de higiene en este lugar”, dice Valentina Toledo García, vecina del lugar.

La Candonga de Holguín (Foto: CubaNet)

Muchos ven la raíz del problema en la nula rivalidad gubernamental. Así lo piensa Alejandro García Pérez, un chofer de taxi. “Los restaurantes y cafeterías del Gobierno son pésimos y no ofrecen competencia, por eso los vendedores de la Candonga ponen los precios altos y hacen lo que les da la gana; saben que los clientes no encontrarán más ofertas y vendrán por necesidad”.

Pero no todas son opiniones negativas. Hay personas que consideran necesaria a la Candonga. “Lo positivo de La Candonga es que hay comida, porque en los locales gastronómicos del Gobierno no hay ofertas”, dice el holguinero Juan Gómez Pérez.

A pesar de los precios altos y otras irregularidades, todos los puestos de venta de la Candonga prestan servicio. “Aquí sí se hace negocio, sí se venden comida y bebidas; si no fuera así ya este lugar estuviera cerrado. Es verdad que los clientes son una minoría que tiene dinero”, dice Laura López Fernández.

Los vendedores de la Candonga, a pesar de los obstáculos, continúan ofreciendo sus productos y servicios, adaptándose a las circunstancias y buscando formas de sostener sus negocios. Para justificar los altos precios, alegan que estos están en consonancia con la realidad económica del país donde, al no existir un mercado mayorista, el valor de los productos que compran para elaborar los alimentos es alto. “Para tener ganancias tenemos que ajustar los precios a partir del costo de lo que compramos para cocinar”, aseguró uno de los vendedores en condición de anonimato por temor a represalias.

Sigue nuestro canal de WhatsApp. Recibe la información de CubaNet en tu celular a través de Telegram.

RELATED ARTICLES
- Advertisment -
Google search engine

Most Popular

Recent Comments