El edificio de dos plantas ubicado en el número 352 del Paseo del Prado, esquina Virtudes, en La Habana, sufrió este martes un derrumbe parcial tras las lluvias provocadas por el paso del huracán Idalia. Según constató 14ymedio, la Policía mantiene bajo vigilancia el inmueble, cuyos habitantes han protestado en varias ocasiones, colocando sus objetos en el portal y realizando sentadas, por la precariedad en que viven.
Aunque no se reportaron fallecidos y algunos vecinos fueron rescatados por la Cruz Roja y los bomberos, hace meses que el colapso del edificio, cuya puerta ha quedado bloqueada, se ve venir. El paso de Idalia por el occidente cubano dio otra estocada a las maltratadas estructuras arquitectónicas de la capital, además de provocar afectaciones en el servicio eléctrico e internet.
También se reportó un derrumbe en un edificio de la calle Esperanza, entre Florida y Alambique, en el barrio de Jesús María. Un video publicado por el periodista Mario J. Pentón muestra cómo el inmueble, que perdió su segunda planta, era examinado por los propios vecinos, en ausencia de las autoridades.
El mal tiempo ha dejado sin electricidad a casi 48.000 habaneros, según informó la Empresa Eléctrica de la provincia en una nota, y ha causado daños notables en 45 circuitos eléctricos. El documento señaló, además, que se habían detectado “numerosas averías” en los municipios de Habana del Este, Arroyo Naranjo, Boyeros, Plaza de la Revolución y El Cerro.
Al mediodía de este martes, los habaneros salieron de sus hogares a medida que la lluvia lo permitía. Con paraguas y esquivando charcos y baches, el objetivo de quienes recorrían las calles era el mismo: buscar comida. Aunque algunos puestos de venta comenzaron a funcionar a despecho de la lluvia, la escasez –atizada por la cercanía de Idalia– ha motivado un nuevo encarecimiento de los productos.
En las aceras y portales, algunos han comenzado a “secar” los objetos domésticos a los que alcanzó el agua. Muchos de los veteranos tejados de la ciudad no aguantaron el viento y las goteras mojaron el interior de las casas.
Además de los derrumbes y los cortes eléctricos, el impacto de las lluvias sobre los vertederos habaneros, que las autoridades no se molestaron en desmantelar antes de que llegara Idalia, ha sido notable. “Aquí no pasaron a recoger la basura”, lamenta una vecina de Nuevo Vedado, en el municipio Plaza de la Revolución. En comparación con otros años, cuando la Empresa de Comunales hacía limpieza de alcantarillas y evacuaba los desechos de las calles, este agosto los preparativos han corrido a cargo de lo que puede hacer cada familia para proteger sus vidas y sus propiedades.
“Cada uno se ocupó de su pedacito porque no vinieron camiones ni brigadas a ayudarnos”
“Limpiamos la azotea porque si se tupe nos cae una lluvia dentro”, cuenta a este diario otro vecino de un edificio de cinco plantas en la zona de La Timba. “Pero cada uno se ocupó de su pedacito porque no vinieron camiones ni brigadas a ayudarnos”, advierte. Los vientos afectaron varios techos ligeros de la barriada, cercana al Consejo de Estado y con una población de muy bajos recursos.
En el litoral, las imágenes de las marejadas se difundieron ampliamente en redes sociales, aunque la tónica de la jornada fueron los graves problemas de la conexión a internet en toda la zona occidental de la Isla. A pesar de los vientos y la lluvia, la circulación por la avenida del Malecón se mantuvo buena parte de la mañana y hasta pasado el mediodía.
En Pinar del Río, Idalia ha provocado fuertes tormentas, con rachas de viento superiores a los 90-95 km por hora, aunque ahora han bajado hasta los 55-75 km/h. El río Cuyaguateje, la principal cuenca hidrográfica de la provincia, se ha salido de su cauce.
“Los mayores problemas los hemos tenido con la electricidad y la conexión a internet”, comenta a este diario Margot, residente en la ciudad de Pinar del Río. “Hacia la zona de Mantua y de La Coloma ha habido inundaciones. Nos hemos enterado a través de un grupo de WhatsApp que tenemos varios laicos de la Iglesia”, precisa.
“El problema es que Idalia llegó en un momento en que todavía hay mucha gente en esos poblados a las afueras de la ciudad que siguen sin techo desde Ian”, añade Margot. En su casa sufrieron “algunas filtraciones pero nada grave, lo más difícil ha sido conseguir la comida para aguantar uno o dos días sin salir a la calle”.
Idalia entró en la Isla en torno a las 9 pm de este lunes por el Cabo de San Antonio, en el extremo más occidental de la Isla, y aunque a las 3 am de este martes ya estaba saliendo de Cuba, las lluvias no han cesado. Los acumulados más grandes se han dado en San Juan y Martínez (90 mm) e Isabel Rubio (106 mm) entre las 2 y las 5 de la madrugada, aunque los guajiros respiran parcialmente, con el recuerdo de Ian, en septiembre del pasado año, aún fresco.
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