AREQUIPA, Perú – El punto más alto de Cuba. Una verdadera maravilla natural. Vegetación, flora, fauna e historia aguardan a todo aquel que emprenda la aventura que reposa en sus senderos. Es el pico Turquino, un coloso verde de gran atractivo para la Isla y el mundo.
Con una elevación de 1.974 metros sobre el nivel de mar, el Turquino es el único lugar de Cuba donde se ha registrado oficialmente una nevada desde febrero de 1900.
Está situado en el centro de la Sierra Maestra[DF1] , la mayor cordillera de Cuba, por lo que se alza sobre un escenario de 17.540 hectáreas de ríos, bosques, valles y cumbres. Con frecuencia, se utilizan dos accesos típicos para escalarlo, uno desde el territorio de la provincia de Santiago de Cuba y otro, más suave, desde Granma.
El famoso pico lleva el nombre del cacique taíno, Turquino, un indígena cubano que se cree lideró lideró una resistencia feroz contra los conquistadores españoles en la Isla.
Asimismo, se considera que el nombre del líder nativo proviene de las palabras aborígenes turey y quino. La primera de ellas era utilizada para designar al cielo y la segunda para denominar a una persona/cosa importante o elevada. Así pues, se dice que Turquino quiere decir “Montaña del Cielo” o “Elevación del Cielo”.
Como curiosidad, la montaña aparece como “Tarquino” en un mapa elaborado por el geógrafo flamenco Gerardo Kramer a finales del siglo xvi.
Los primeros registros de visitas a su cumbre se remontan a 1860 cuando el joven inglés Fred W. Ramsden, residente en Santiago de Cuba, ascendió el Turquino por primera vez acompañado por tres cargadores.
El segundo ascenso no se produjo hasta 1915 por el botánico sueco Erik Leonard Ekman de la Academia de Ciencias de Estocolmo, a esta siguieron otras entre las que destaca la del ornitólogo estadounidense R. Howard Beck, los hermanos Cordero, la de George C. Bucher y la del doctor Rineke.
En lo alto del Turquino se encuentra un busto de José Martí, héroe nacional de Cuba, colocado allí en 1953 por Celia Sánchez Manduley, acompañada de su padre. Entonces el busto sirvió para conmemorar el centenario del natalicio del apóstol.
El busto es obra de la escultora Jilma Madera y en su base aparece la frase: “Escasos como los montes son los hombres que saben mirar desde ellos y sienten con entrañas de nación o de humanidad”.
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