Presos políticos denunciaron en comunicación telefónica con el Consejo de Relatores de Derechos Humanos de Cuba las críticas condiciones que sufren en los centros penitenciarios y el acoso por parte de la policía política.
La activista Jacqueline García Jaenz, de 39 años, recluida en la prisión El Talaje, en Bayamo, provincia Granma, dijo que está siendo hostigada, amenazada y provocada, por presas comunes de alta peligrosidad por orden de la Seguridad del Estado.
“Las provocaciones, que deben ser mandadas por la misma gente, la policía. Ya yo estoy casi de cumplimiento, en agosto ya yo termino de cumplir mi sanción, yo llevo tres (años) con cinco (meses), y me están tirando pullitas, me están provocando, pero yo soy sorda y soy ciega”, advirtió la fundadora de las Damas de Blanco en Bayamo.
La representante en Granma de la organización Círculos Democráticos Municipalistas de Cuba, dijo que ya dio las quejas a las autoridades del penal, quienes no hacen nada para detener este acoso.
La opositora cumple cuatro años de cárcel, desde el mes de agosto del 2020, condenada por el presunto delito común de hurto, que ella asegura fue fabricado debido a su activismo opositor.
Por otra parte, el preso de las protestas del 11 de julio de 2021, Carlos Michael Morales, de 47 años, condenado a dos años y diez meses por el supuesto delito de Desórdenes públicos tras su participación en la manifestación en el poblado de Caibarién y recluido en la prisión Alambradas de Manacas, denunció que la alimentación es “agua de sopa y pasta de croquetas diluida”; que está enfermo y sin medicamentos; y que lo están amenazando con imponerle una nueva causa con el propósito de mantenerlo en prisión.
“Yo tengo úlcera, gastritis, cálculos en la vesícula, cálculo en los riñones, soy hipotenso, soy de presión baja, la columna desbaratada con crisis de cervical y crisis de sacrolumbalgia. A mí me quedan cuatro meses por cumplir, pienso terminar aquí en Manacas la sanción. Estoy amenazado con que a mí me van a levantar una nueva causa para seguir en prisión, esa es la amenaza que me ha hecho a mi la Seguridad del Estado”, explicó el periodista independiente.
El comunicador aseguró que fue maltratado recientemente por el segundo jefe de Orden Interior de esa prisión, que lo amenazó con nuevos castigos de continuar con su postura antigubernamental y dijo que hace unos días, en horas de la mañana, su galera fue requisada, fue sacado de la galera y tirado contra una pared, donde recibió varios empujones, y hace aproximadamente un mes fue torturado por este oficial, quien lo esposó a las rejas durante 12 horas en un pasillo de esa cárcel, donde permaneció todo el tiempo sin ingerir alimentos.
Omar Ortega Mendoza, de 35 años, cumplió diez meses de prisión por denunciar la corrupción en el hospital de Morón durante la pandemia en el 2021. Su reporte provocó que una comisión de médicos militares de La Habana realizara una inspección a la instalación que terminó con la destitución de su director, el doctor Juan Carlos Villares.
Ortega Mendoza fue sancionado en octubre del pasado año por el Tribunal Municipal de Morón a tres años y medio de cárcel por criticar al gobernante Miguel Díaz-Canel. En esa segunda ocasión fue condenado por el delito de desacato, simple y agravado.
“Yo estoy desnutrido prácticamente, bajo peso está todo el mundo aquí; estoy pesando 50 kilogramos imagínate, hace como dos meses y pico estamos comiendo una pasta que es de arroz y un caldo aguado ahí, eso es almuerzo y comida, ya más nada… el desayuno un pancito de esos de cumpleaños chiquitico y tisana de hierba, imagínate tú que en un vasito de esos desechables ahí cabe la comida completa”, denunció Ortega desde la prisión de Morón.
Por otra parte, el preso político y miembro de la Unión Patriótica de Cuba (UNPACU), Julio César Vega Santiesteban, residente en el poblado de Contramaestre, en la provincia de Santiago de Cuba, se encuentra en la prisión Las Mangas, en Bayamo, Granma.
En ese penal hay varios presos del 11 J, uno de ellos es Jorge Yunier Ortiz Aguilera, quien es epiléptico.
“Es penoso verlo sufrir los ataques, a cada rato le dan las convulsiones y no hay medicamentos que darle”, dijo Vega Santiesteban.
Además se refirió a la alimentación como “un desastre”.
“No consumimos ni carbohidratos, ni vitaminas, ni proteínas, esto es criminal, y entonces, con relación a los medicamentos, aquí uno coge cualquier cosa, un catarro, una fiebre, lo que sea y tiene que comprarla por sus propios medios, porque aquí la prisión no tiene ningún tipo de medicamentos”, advirtió el opositor.