Luego de varias décadas dedicadas a la comedia en todos sus formatos, parecía que nada le quedaba por hacer a Eva Hache. Sin embargo, para sorpresa de todos, incluso de ella, llegó este año a nuestro país como invitada del 45 Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano, no como actriz, presentadora, o monologuista, sino que, por primera vez en su vida, la estrella del stand-up español se estrena como directora de cine, con su filme Un mal día lo tiene cualquiera.
“La idea no fue mía, fue de Alex de la Iglesia que, como piensa de una manera muy extraña, creyó que era coherente que yo dirigiera una película sin haber hecho ni un corto. Al principio pasé un poco de susto, pero luego pensé: si alguien confía en mí por qué no hacerlo yo. Voy a utilizar esa confianza ajena para afianzarme y tirar para adelante.
“Era algo que había pensado, pero de una manera muy peregrina. Me veía más presentando teatro, que es un lenguaje que domino mejor. Luego me di cuenta de que el personal que conforma un equipo de cine es tan sumamente apasionado que es lo mejor que se puede hacer cuando no se está muy seguro, siempre te vas a sentir arropado”.
El género comedia no es una práctica frecuente dentro del cine latinoamericano, no siendo ese el caso de España. ¿Qué se siente traer una propuesta de este tipo al festival?
“Siento un poco de vértigo. Sinceramente, me resulta un poco impactante todo lo que ha sucedido, decir que soy directora de cine y encima aparecer en un espacio que no es algo usual. Creo que hay que perderle el miedo a la seriedad de la comedia; siempre se ha denostado que hacer una comedia es más sencillo, incluso desde el punto de vista escénico, que hacer drama, y considero que es todo lo contrario. Implica una matemática mucho más exacta. Es una paradoja que sea un género, por lo general, muy poco premiado, pero muy agradecido”.
¿Había estado antes en Cuba?
“Estuve una vez, hace un año y medio, vine precisamente a ver una obra de teatro que habíamos hecho nosotros en España, y que después se montó aquí, Los vecinos de arriba. Fue una bonita manera de viajar, porque cuando uno es turista no hay nada más, pero esto, que era un trabajo ‘falso’, te da una razón diferente para venir.
“Me parece impresionante, creo que no hay ningún país del mundo que sea igual que Cuba, es un espectáculo con todo los colores y sabores habidos y por haber. No estuve en otro sitio que no fuera La Habana, pero es fascinante la cantidad de Habanas diferentes que hay, la cantidad de capas de la historia que se pueden ver; además, soy una apasionada de la arquitectura, y es despampanante toda la riqueza de la ciudad. Ahora he venido con mi marido y con mi hijo porque pensé que no podían perderse esto. Yo creo que hay que estar en La Habana al menos una vez en la vida”.
Para el público cubano no resulta novedoso el rostro o el nombre de Eva. Casi todos la hemos visto alguna vez en programas como Got Talent o el famoso Club de la Comedia, que presentara durante años en la televisión española. Sin embargo, ¿sabría ella la repercusión que tiene en Cuba su trabajo?
“Es otro regalo más, la primera vez que vine no sabía si la gente me conocería, y como son tan educados y tan lindos, pues me costó darme cuenta de que sí. Eso me hace reflexionar sobre cuánto conocen ustedes de allá y qué poco conocemos nosotros de ustedes, de su cultura. Por eso me ha encantado estar aquí de nuevo. Dedicarme a la comedia me da este tipo de satisfacciones”.