LA HABANA, Cuba. – Gretchen Guerra González, conocida como Gretcheen Grey, es una de las jóvenes cubanas que ha tenido que abandonar el país para hacer realidad sus aspiraciones en el ámbito profesional, fuera de los estándares, facilismos y sentido de comercialización de la industria y los conceptos imperantes en la Isla.
A sus 26 años es bailarina profesional graduada de la Escuela Nacional de Ballet “Alicia Alonso” y de la Escuela de Ballet Español de Cuba, pero la música ha sido su elección por encima del baile. Gretcheen abarca en sus canciones géneros como el pop, el dark pop, un poco de pop fusionado y el R&B.
Aunque agradece a quienes la apoyaron desde el inicio en su carrera, la cantante reconoce que la industria musical fue uno de los motivos por el cual decidió emigrar hacia Italia en octubre del pasado año. En el país europeo ha continuado con su trayectoria pese a la complejidad de ser emigrante.
―¿Qué fue lo más complicado en tus inicios en Cuba?
―Cuando empecé se escuchaba, como actualmente, el reparto, y creo que tuve mucha desilusión al principio con respecto a mi estilo musical, porque mayormente los que se acercaban a mí interesados en mi voz, en mi talento, siempre me decían que tenía que hacer canciones más bailables, de reguetón, porque era lo que se usaba.
Incluso poder firmar con un sello discográfico fue complejo. Me cintrataban, pero no podía hacer pop. Incluso mi físico tenía que cambiarlo y ponerlo como las mujeres del momento, cuerponas, llamar la atención… Hubo personas que prometían y no cumplían.
―¿Consideras que los jóvenes cantantes tienen oportunidades de visibilizar su música desde la Isla?
―Es difícil hacer visible la música desde Cuba: hay muchas restricciones, no podemos ir más allá de lo nacional, incluso las redes sociales no se pueden expandir por las limitaciones. Cuando llegué a Italia me di cuenta de que Cuba es una burbuja, donde los artistas se imaginan cosas que no son.
A la hora de la verdad, una se da cuenta de que solo estaba abarcando el público cubano. Es bastante difícil, y más para los que defienden otros estilos musicales como el mío, encontrar más visibilidad. En Cuba se apoyan los productos comerciales; las personas están habituadas a ese bucle de hacer lo más fácil y dar voz a lo que está sonando.
―¿Cómo describirías la industria musical cubana en la actualidad?
―Una de las razones por las que me fui de Cuba es exactamente por la industria musical. A medida que mi carrera fue avanzando gracias a las personas que me apoyaron, pude encontrarme y defender mi música, y tuve la oportunidad de, con esfuerzo, junto al equipo, representar el género que me gustaba.
Cuando mi trabajo se empezó a conocer en Cuba, noté que necesitaba llegar más lejos, salir de mi burbuja, porque veía artistas, con el respeto que se merecen, cuya música no avanzaba. Hay artistas muy buenos sin oportunidad. La industria musical en Cuba está bastante estancada, decayendo; letras obscenas que repercuten en los jóvenes. Los artistas que nos representan están llevando muy malos ejemplos.
―Además del estancamiento de la industria, ¿qué más te impulsó a probar suerte en otro país?
―Me motivó mucho salir de Cuba el hecho de conocer nuevas fronteras, culturas, experimentar sensaciones… esa intriga de ‘necesito salir porque necesito cambiar’. Me sentía estancada y necesitaba expandirme. Sabía que mis sueños de pequeña en el país ya las había logrado, y debía encontrarme en otras circunstancias, emociones y nuevas metas para crecer musicalmente.
Tenía el riesgo de que funcionara o no, porque cuando una emigra comienza de cero. Es muy difícil en cuanto al idioma también, pero el reto me motivó a buscar muchas oportunidades.
―¿Qué representó recomenzar en un país nuevo?
―Todavía sigue siendo difícil porque las personas no me conocen, y en Cuba había creado un público, una carrera. Me siento pequeña en un país tan grande donde hay mucho talento. Ha sido difícil por el idioma; no conozco a nadie. Además, las sedes de la televisión y la radio, adonde una puede ir, están en una ciudad bastante lejos de donde vivo.
A pesar de eso, llegué y me puse a escribir, a contactar, a dar promoción, y he tenido la suerte de que me han puesto en radio, me han hecho entrevistas. Mi música ha gustado, y en este comienzo nuevo he tenido suerte. Pienso que falta mucho por hacer, investigar y aprender.
―¿Vale la pena emigrar aun sabiendo que corres el riesgo de no hacer lo que te gusta fuera de Cuba?
―A veces pienso que cometí un error al emigrar; a una le entra esa inseguridad de si correrás o no con suerte; hay quien se desvincula de lo que le gusta al tener que empezar de cero, pero sí vale la pena. Cuando una está enfocada en sus sueños los puede lograr, porque aquí hay muchas oportunidades; es solo no justificarse y hacerlo.
Aquí te nutres de conocimientos y puedes dar a conocer tu música, continuar tu carrera. El artista se va nutriendo. Uno de mis objetivos también es hacer conciertos en Cuba, no abandonar mi país. Sí vale la pena, según los objetivos de cada persona.
―¿Cómo describirías la Cuba que deseas encontrar si regresaras?
―Me gustaría encontrar una Cuba libre, una en la que, cuando camine por las calles, vea a la gente feliz; que no hubiera tantos problemas y necesidades, que los jóvenes pudieran luchar por sus sueños y cumplirlos en Cuba.
Una en la que no haya necesidad de emigrar a otro país y enfrentarse a riesgos a los que muchos se exponen. Quisiera una Cuba totalmente diferente; que la gente tuviera esperanza y que no haya tanta desilusión.
―¿Qué proyectos musicales ocupan tu tiempo en este momento?
―Tengo muchos proyectos, videoclips, temas que se están trabajando. Pienso que lo que estoy haciendo es una escalera emocional: cada tema es una etapa que estoy pasando en mi vida, ya sea alegría, tristeza, presión, rebeldía, empoderamiento. Tengo en mente, cuando termine las canciones hacer, un EP, poder ir a España y hacer conciertos, porque he abarcado un gran público allá.
―Y sobre los sueños pendientes…
―Que mi familia esté conmigo acá es mi prioridad, poder llegar a los Grammy, a los Billboard, que mi música llegue a un nivel muy alto, lograr hacer colaboraciones con los grandes del imperio de la música…
Me gustaría crear mi sello discográfico para apoyar a jóvenes talentos, a la música que no apoyaron cuando yo comencé.