MIAMI, Estados Unidos. – El Grupo de Administración Empresarial de las Fuerzas Armadas (GAESA) ha perdido su dominio sobre el mercado de las remesas, según revela el dosier “GAESA pierde el control de las remesas” publicado por el laboratorio de ideas Cuba Siglo XXI. De acuerdo con estas investigaciones, más del 95% del flujo de divisas enviado desde la diáspora cubana ha migrado a canales informales, provocando un golpe financiero de 1.890 millones de dólares para el año 2024.
La pérdida de confianza en las entidades controladas por la élite militar estatal es el resultado de múltiples factores. El reporte destaca que la Tarea de Ordenamiento Monetario contribuyó a desencadenar una crisis inflacionaria que erosionó la credibilidad en el sistema bancario nacional. Además, las sanciones impuestas por la administración de Donald Trump, dirigidas a empresas militares como FINCIMEX, dificultaron el uso de vías formales. Intentos de evadir estas restricciones mediante la creación de entidades fachada, como ORBIT, S.A., también fracasaron.
Según el estudio, este cambio en el escenario de las remesas configura una “rebelión financiera ciudadana”, impulsada por la operatividad de más de 150 “bancos informales” que gestionan las divisas con mayor agilidad, confiabilidad y mejores tipos de cambio. Estos mecanismos alternativos han arrinconado las estructuras tradicionales, marcando “un antes y un después” en la dinámica económica entre la diáspora cubana y las instituciones del Estado.
La coyuntura actual se ve agravada por la pasada pandemia de COVID-19, el cierre temporal de aeropuertos y la falta de incremento significativo en los envíos desde la ola migratoria masiva ocurrida entre 2020 y 2023. Contrario a las expectativas, los nuevos emigrados priorizaron la reunificación familiar, lo que limitó el volumen de remesas hacia la Isla.
La investigación de Cuba Siglo XXI concluye que esta transformación es irreversible a corto y mediano plazo, reflejando una fuerte erosión del poder económico de GAESA. El conglomerado militar, que durante décadas monopolizó la entrada de divisas, ve ahora amenazada su capacidad para sostener otros sectores clave, enfrentar obstáculos internos y externos, y contener la corrupción y la represión contra estas redes informales.
“La pérdida del control de las remesas pone en evidencia la fragilidad del sistema financiero cubano y el desgaste de su gobernanza militarizada. Mientras la economía informal crece, las estrategias de GAESA, como el comercio de paquetería y la construcción de hoteles, enfrentan obstáculos internos y externos”, indica Cuba Siglo XXI.
Asimismo, el laboratorio de ideas considera que “la corrupción dentro del régimen y las tácticas de represión contra competidores informales reflejan un sistema que lucha por mantener su supervivencia, pero que parece estar al borde del colapso definitivo”.
Finalmente, Cuba Siglo XXI concluye que “el colapso del monopolio de GAESA sobre las remesas no es solo un golpe financiero, sino un indicador de la profunda crisis estructural que enfrenta el régimen cubano”.
