MIAMI, Estados Unidos. – Hace 40 años un grupo de editores y autores se dieron cita a la orilla de la Bahía Vizcaína en el centro de Miami durante un evento por entonces llamado “Books by the Bay”.
A la sazón, quien fuera presidente del cercano Campus Wolfson del Miami Dade College, el Dr. Eduardo J. Padrón, los invitó a sistematizar anualmente el encuentro en los dominios de la institución, dando lugar a lo que hoy se conoce como la exitosa Feria del Libro de Miami.
Del 12 al 19 de noviembre del presente año se vuelven a dar cita los más importantes escritores internacionales y locales en la única Feria de su tipo en los Estados Unidos que cuenta con dos programas de gran envergadura, uno en inglés y otro en español.
Desde el lunes 13 al jueves 16 de noviembre, la Feria realiza sus diversos eventos en salones del Campus Wolfson. A partir del viernes 17, sin embargo, se desborda a las calles adyacentes con sus coloridos quioscos, donde se ofertan los más variados libros y se abren sitios dedicados específicamente a los niños, así como otros a las artes musicales y culinarias.
La Feria es la fiesta cultural emblemática de Miami y el libro ―que pareció en algún momento zarandeado por los atractivos del universo digital―; un evento que sigue siendo venerado, como lo demuestran cientos de lectores que desean disfrutar, cada año, del privilegio de conocer en persona a sus autores predilectos.
Desde mi arribo a la ciudad de Miami en 1992, formo parte del equipo que hace posible el prestigioso “Programa de Autores Iberoamericanos”, donde he contado con el privilegio de hacer proposiciones para invitados de verdadero lujo cultural, así como de presentar a los propios escritores.
Presencié tal vez una de las últimas comparecencias públicas del mítico Guillermo Cabrera Infante a cargo de Reinaldo Bragado y pude ver a Octavio Paz interactuar festivamente con unos mariachis luego de ser homenajeado por poetas cubanos.
Contribuí a la primera y masiva presencia de Zoé Valdés en la Feria, cuando la escritora pudo, finalmente, deleitarse con un público integrado, en buena parte, por sus coterráneos.
Cuando Antonio José Ponte todavía no era un exiliado, sino aquel valiente intelectual contestatario que aparece en el documental Habana: Arte nuevo de hacer ruinas (2006), lo invitamos a la Feria del Libro, así como a la legendaria y obliterada por el régimen poeta Serafina Núñez.
El evento literario y editorial de Miami se ha erigido como el sitio imposible de reproducir en La Habana, donde quienes no comulgan con el régimen difícilmente pueden contar con una tribuna para hablar de sus obras, aunque no sean abiertamente anticastristas.
Durante este importante cuadragésimo aniversario de la Feria del Libro de Miami vuelvo a disfrutar del honor de presentar y conversar públicamente con distinguidos compatriotas que ponen a consideración de los lectores sus nuevos libros.
Armando López y Ricardo Becerra, respectivamente, convocan la arqueología de dos manifestaciones culturales caras a la herencia nacional: la música popular y sus entresijos, en Boleros prohibidos; y los valores culinarios nacionales, diezmados por la dictadura, pero resguardados en el exilio, en Sabrosura, 100 recetas auténticas cubanas.
La otra presentación aborda la narrativa escrita en libertad y se adentra en las complejidades de una nacionalidad quebrada tanto por la escisión del exilio como por la represión y la intolerancia que priman en la sociedad comunista inoperante y agotada.
La protagonista de la novela No me hablen de Cuba, de la escritora y periodista Grethel Delgado, explora el eventual y traumático regreso a la Isla de una exiliada, en pasajes absurdos y casi fantasmagóricos de dolor y revelaciones.
El personaje protagónico de El barco que nos llevó a la guerra de Angola, novela escrita por Carmen Duarte medita, en una suerte de diario de navegación, sobre la insospechada realidad que el régimen obnubiló con su doctrina y consignas, durante sus afanes intervencionistas en África.
Por otra parte, el reconocido escritor y pintor Santiago Rodríguez, Chago, vuelve a su carga literaria habitual con la novela Buscando a Inés en la Calle 8. En La Pequeña Habana presentada en este título se dan cita las más estrambóticas situaciones de personajes que dirimen sus cuitas, a la manera del thriller, entre la realidad transgresora y su relación con la fábrica de sueños hollywoodense.
Luis de la Paz llega a la Feria en esta ocasión con su más reciente colección de cuentos Por las paredes, donde los escenarios de Miami y La Habana se superponen para dejar pasear personajes de gran fijeza en su autenticidad, a la hora de referir y explorar la intimidad del drama cubano.
Del 12 al 19 de noviembre Miami deviene la capital literaria del mundo en los predios del Campus Wolfson del Miami Dade College. Lectores de numerosas nacionalidades e intereses se aprestan a celebrar su más grande fiesta.
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