MIAMI, Estados Unidos. – El expresidente del Gobierno español Felipe González, de 82 años, concedió una entrevista a Diario de Cuba en la que reveló detalles de sus discusiones privadas con Fidel Castro, así como su visión sobre la crisis que atraviesa la socialdemocracia y el deterioro de la democracia en España.
Con un tono reflexivo, pero crítico, el veterano político ofreció un recuento de sus esfuerzos por promover cambios en Cuba y evidenció su decepción ante el rumbo de la izquierda internacional.
Lo más relevante de sus declaraciones versa sobre los repetidos intentos que hizo, durante su etapa gubernamental, para que la Isla transitara hacia un proceso de apertura. “Entonces, mi discusión con Fidel, la no conocida públicamente, era sobre la democratización de Cuba”, expuso González, que también aseguró que estos diálogos siempre tuvieron como objetivo el pluralismo político y el respeto a los derechos humanos.
El exmandatario recordó un episodio clave: la posibilidad de firmar un acuerdo entre la Unión Europea y Cuba que quedaría supeditado a la eliminación del denominado “delito contra la Revolución”. Según explicó, ese pacto se frustró cuando “el derribo de las avionetas que sobrevolaban La Habana tirando propaganda”.
González también narró cómo la forma de operar del régimen cubano favoreció históricamente a los inversores externos en detrimento de los trabajadores. Recordó que Fidel Castro en una ocasión le mencionó que se entendía mejor con los empresarios, a lo que él respondió: “Tú a los empresarios le das todo lo que quieren, y le quitas todos los impedimentos. Por ejemplo, no hay libertad sindical. Por tanto, [los trabajadores] no pueden negociar sus salarios”.
En su análisis sobre el rol de la izquierda en América Latina, González expresó su decepción por no haber conseguido el cambio democrático en varios países de la región. Aludió al caso de Nicaragua, gobernada por Daniel Ortega y Rosario Murillo, y confesó: “Ver lo que pasa en Nicaragua hoy me produce hasta escalofrío”. Señaló que su apuesta inicial por el sandinismo terminó por fracasar ante la deriva autoritaria que vive esa nación.
Otro de los puntos clave de la entrevista fue la crítica a la situación que atraviesa la socialdemocracia a nivel global. El político español afirmó: “Estamos en un momento de crisis de identidad de la socialdemocracia. Hemos perdido una parte del sentido de la lucha, que es por la igualdad en libertad”, y lamentó que ahora la atención se haya fragmentado en múltiples reivindicaciones identitarias que, en su opinión, diluyen el objetivo de la justicia social.
Finalmente, González no se ahorró comentarios sobre el estado actual de la democracia en España, en particular acerca de la relación del Gobierno de Pedro Sánchez con el sistema de contrapesos institucionales. “Sí, hay deterioro democrático. La respuesta es sí”, aseguró sin ambages, aludiendo a la manera en que se han efectuado acuerdos políticos fuera de los cauces tradicionales y a la falta de controles por parte de entidades como el Consejo de Estado o el Consejo del Poder Judicial.
El expresidente español concluyó la entrevista reafirmando la necesidad de recuperar el espíritu democrático y la vocación mayoritaria de la socialdemocracia, al tiempo que lamentó los “cabreos” que se generaban en su relación con Fidel Castro por atreverse a señalarle las carencias en materia de libertades en Cuba. “Esas palabras lo irritaron mucho. Eran cabreos que tenía muchas veces conmigo, porque nadie le decía esas cosas”, recordó.
