CAMAGÜEY, Cuba. – El archipiélago de Cuba es conocido por su rica diversidad biológica y una amplia variedad de ecosistemas, gracias a su condición insular y clima único. Sin embargo, el país enfrenta importantes amenazas a su biodiversidad debido a la pérdida de hábitat, incendios forestales, prácticas agrícolas insostenibles, pesca y tala ilegales, la introducción de especies invasoras y el comercio ilegal de vida silvestre.
Actualmente, Facebook parece ser la red social donde más usada por los cubanos para comercializar estas especies, a través de grupos de compraventa; todo esto a medida que las condiciones económicas y alimentarias se deterioran debido a la inflación.
Los vendedores se aprovechan de la falta de control por parte de las autoridades y realizan ventas que violan las normas nacionales e internacionales sobre protección de especies.
Cuba es signataria de tratados internacionales encaminados a la conservación de especies y la biodiversidad, como la Convención de Bonn sobre la Conservación de Especies Migratorias de Animales Silvestres y el acuerdo sobre Diversidad Biológica con la Declaración de Kunming en el Convenio sobre la Diversidad Biológica.
Además, el comercio ilegal de aves a través de internet también viola la Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres (CITES), de la que Cuba es parte desde 1990.
Entre las especies más solicitadas se encuentran las jutías, los loros y las tortugas carey, aunque algunas estén en peligro de extinción. La captura de aves también incluye especies endémicas como el tocororo y la cartacuba, que son emblemáticas de la Isla y juegan un papel importante en el equilibrio ecológico de Cuba.
En Revolico aparecen oferta del tipo “La buena jutía, vamos que se acaba”, en alusión a la gran demanda de esta carne entre los internautas. El precio va de 260 a 300 pesos en moneda nacional, menor que el de la carne de cerdo, que oscila entre 560 y 600 pesos por libra.
Todos estos especímenes están protegidos por las leyes cubanas, y su exportación o comercio ilegal constituye una violación contenida en la Resolución 160 de 2011 del CITMA, que propone el “control y protección de variedades de alto significado para la diversidad biológica del país”.
Muchos de estos animales son capturados en su hábitat natural y transportados en condiciones precarias, lo que provoca una alta tasa de mortalidad durante el viaje, así como altos niveles de estrés. Además, la preferencia por los machos ―por sus colores vibrantes― provoca un desequilibrio en los sexos de las poblaciones reproductoras restantes.
Según investigaciones hechas por la ONG 3Billionsbirds, desde 1970 en América del Norte se han perdido casi 3.000 millones de aves en sus territorios de reproducción. El extenso tráfico ilegal de aves silvestres en Cuba podría estar contribuyendo a estas disminuciones.
Irónicamente, los cazadores de aves se autodenominan “pajareros” y desconocen que estas aves migratorias también son cubanas, alardeando de poder capturarlas porque no son cubanas. Algunos de ellos pasan más tiempo en la Isla que en tierra firme y desempeñan un papel importante en su equilibrio ecológico.
Un vendedor/cazador bajo condiciones de anonimato dijo a CubaNet que las aves son capturadas principalmente con “redes de niebla, jaulas trampa y redes de lira”. Esta última consiste en un palo untado con resina de un árbol (ficus), muy pegajoso y parecido al pegamento al que se pega el pájaro cuando lo toca. También se capturan aves más grandes, como los loros, y se utilizan para producir descendencia.
Diversas organizaciones y autoridades trabajan para combatir el tráfico ilegal de aves en Cuba. La organización internacional Traffic, en colaboración con WWF, ha publicado un estudio sobre el uso ilegal de las redes sociales, especialmente Facebook, para la venta de especies silvestres, señalando que es una de las peores amenazas para la fauna y la flora en todo el mundo.
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