MIAMI, Estados Unidos. – El Observatorio Cubano de Conflictos (OCC) registró un total de 609 protestas, denuncias y acciones cívicas en Cuba durante el mes de febrero de este año. Aunque la cifra representa una disminución del 11% respecto a enero y un 8% menos que en febrero del año anterior, la organización advirtió que la caída no significa una reducción real del descontento, sino un subregistro debido a los apagones prolongados y la reducción del apoyo internacional a periodistas y activistas.
Apagones, hambre y represión: las principales causas de protesta
La mayor cantidad de denuncias estuvo relacionada con la crisis alimentaria y la inflación, con 145 protestas en esta categoría. “El mes de febrero siguió produciendo imágenes de cubanos desesperados por echarse algo a la boca”, señala el informe del OCC, que también menciona “amargas quejas por la inestabilidad y progresivo encogimiento de la canasta básica subsidiada de alimentos, incluyendo el panecillo diario y la leche para los niños”.
El segundo motivo de descontento fue el colapso de los servicios públicos, especialmente los apagones, que generaron 143 protestas. Según el periodista de medios oficiales Lázaro Manuel Alonso, “Cuba reporta las jornadas de más alto déficit de capacidad de generación de electricidad de los últimos meses, quizás años”. En varias provincias, los cortes de energía alcanzaron hasta 30 horas seguidas.
“Las 20 horas máximas sin corriente de meses pasados se convirtieron en un apagón interminable, apenas interrumpido por una hora de servicio”, destaca el informe del OCC, que recoge denuncias de ciudadanos afectados. En Manzanillo, un vecino describió la situación como “un infierno de hambre y tristeza”, mientras que en Cienfuegos una madre expresó: “Niños, ancianos sin comer, sin poder pegar un ojo esperando la corriente para hacer el buchito de comida y nada. Denigrante”.
Inseguridad ciudadana en aumento
El crecimiento de la criminalidad también fue un factor clave en las denuncias de febrero. Se registraron 70 protestas y denuncias sobre robos, asaltos y secuestros, incluyendo 11 homicidios y feminicidios. En La Habana, a un estudiante de secundaria le robaron la mochila camino a la escuela, mientras que en Matanzas y otras provincias aumentaron los reportes sobre intentos de secuestro de menores.
En redes sociales, una madre compartió su preocupación: “¿Ya no hay seguridad para que nuestros hijos vayan a la escuela? Hoy le sucedió al mío, mañana puede ser el tuyo”. Varias escuelas implementaron medidas como la obligación de que los niños sean recogidos por sus padres.
El deterioro del sistema de salud
El colapso del sistema sanitario generó 43 denuncias, muchas de ellas relacionadas con la falta de medicamentos y la negativa de las autoridades a conceder una visa humanitaria al niño Damir Ortiz, quien padece una grave enfermedad neurológica, además de cáncer. “Las autoridades sanitarias deberían extenderle una carta admitiendo que no hay tratamiento para él en Cuba, pero se han negado”, denunció el OCC.
Otras denuncias expusieron la falta de insumos en hospitales y la dependencia de los pacientes de la caridad pública y el mercado negro. En Santa Clara, la madre de un paciente pidió en redes sociales ayuda para comprar tornillos ortopédicos, mientras que en Ciego de Ávila, otra madre buscaba desesperadamente un medicamento para la dermatitis de su bebé.
Desafíos al Estado policial y represión
A pesar de la represión, 78 protestas fueron clasificadas como desafíos al Estado policial, superando a las 67 acciones represivas registradas en el mes. Se documentaron casos de ciudadanos que realizaron protestas pacíficas, opositores que fueron arrestados y denuncias de violaciones de derechos humanos en las cárceles.
En el penal de El Guatao, la presa política Yoleisy Oviedo Rodríguez, detenida tras las protestas del 11J, murió por falta de atención médica. Otros reclusos reportaron golpizas, negación de atención sanitaria y condiciones inhumanas en prisión.
“Nuestros hijos son rehenes”, denunció Wilber Aguilar, padre del preso político Walnier Luis Aguilar Rivera. “Nos han dicho que la actitud de nosotros repercute para darle beneficios, para darle su libertad”.
Mientras tanto, la represión no se limitó a los activistas políticos. En La Habana, un anciano vendedor ambulante fue arrestado por la policía tras exhibir un cartel que decía “Abajo la dictadura”, provocando la indignación de los transeúntes. En Viñales, funcionarios del gobierno confiscaron una burra y una vaca a una familia de campesinos, alegando que los animales debían ser trasladados a una granja estatal.
El informe del OCC evidencia que, a pesar de la represión y los cortes de internet, la población cubana sigue expresando su descontento en múltiples formas. “El agravamiento de la crisis multisistémica y el círculo vicioso del egoísmo del Gobierno van convirtiendo en clamor popular la exigencia de que entreguen el poder o por lo menos escuchen y valoren las opiniones diferentes”, concluye el reporte.
El mes de febrero cerró con una reflexión viral del director del grupo Teatro del Viento, Freddys Núñez Estenoz: “¿Cuándo la vida en esta Cuba será más o menos normal? ¿Cuándo la palabra dignidad podrá ser aplicada fuera de los estándares políticos que piden resistencia?”.