SAN LUIS POTOSÍ, México.- El músico cubano Emilio Frías, director de la popular orquesta El Niño y la Verdad, entrevistado en el programa La Casa de Maka, exclamó que nunca votó por el “Sí” en el referendo para el nuevo proyecto de Carta Magna, promovido por el régimen de Miguel Díaz-Canel en 2019.
Su respuesta se produjo tras haber recibido en el programa un comentario que lo señalaba como uno de los artistas que lanzaron cápsulas de videos para “incentivar” a los cubanos a votar por el “Sí”, algo negado rotundamete por el cantante.
“Yo no apoyé nunca el Voto ‘Sí’. Yo nunca hice un video del ‘Voto Sí’”, refrendó, luego de asegurar que actualmente, residiendo en Miami, lo han acusado de haberlo hecho.
“César Pedroso, Alexander Abreu, todos los que lo apoyaron están ahí con sus cápsulas para el Ministerio de Cultura. Yo nunca apoyé eso. Yo jamás apoyé ningún tipo de campaña comunista”, dijo, recordando que en este tipo de estratagemas del régimen recurrían a los artistas “leales”.
Incluso, en muchas ocasiones, según reconoció, a los artistas los situaban delante de una cámara para repetir lo que les indicaban. “Yo sabía que eso no estaba bien y yo dije, ‘a mí no me van a coger para eso’. Me llamaron del Instituto (Cubano de la Música) y el Instituto sabe de lo que estoy hablando. Me llamaron para la canción de Virulo de La Conga y les dije que no. Me dijeron en la EGREM, ‘pero ¿no vas porque no puedes?’ ‘No, no voy porque no quiero’”.
Emilio Frías, que goza de gran popularidad dentro y fuera de Cuba, sufrió el peso de la censura en la Isla tras la polémica desatada alrededor de su canción “Cambio”, por la cual el régimen comnezó a silenciarlo y a cancelar sus conciertos.
En La Casa de Maka, el programa que conduce María Carla Rivero, el cantante recordó esos episodios de censura, por los cuales se le impidió presentarse y cantar por largos meses.
“Yo no he tenido ningún tipo de vínculo con el régimen”, argumentó, luego de referirse a un momento climático en su carrera, cuando, en La Casa de la Música de Galiano, el público le pidió cantar “Cambio” y comenzaron a aparecer personas “extrañas” y apagaron las luces y el audio, para impedir que entonara la canción.
“Ya había tenido más de tres, cuatro reuniones en el Ministerio de Cultura, en el Instituto de la Música, todas las semanas me llamaban para preguntarme lo mismo, ‘¿por qué Cambio?’ Y yo, ‘¿por qué no? Está lo mismo, todo el tiempo ahí’, ‘¿por qué? Y ¿por qué una canción así?’, y yo: ‘¿Por qué no? Si la música cubana es una crónica social y toda la vida se ha hablado de lo que está sucediendo, ¿por qué no narrar lo que está pasando?’”, rememoró.
Previo a su gira en México, y en el contexto de lanzamiento de la canción, la atmósfera se había enrarecido y percibía un comportamiento inusual en los agentes culturales.
“Nada más que empezaron a gritar ‘Cambio’, yo vi que empezaron a salir gente que no era público, gente que estaba vestida de civil, pero no que fueron al concierto. Al principio apagan el audio, se llevan a un sonidista mío cargado, a un ingeniero de sonido, que no era mi ingeniero, era uno que yo le había rentado el sonido. Arbitrariamente esas personas hicieron eso, yo quedé en shock”, contó.
Al día siguiente partió a la gira en México y recibió un correo donde se le prohibía tocar de nuevo en Cuba. “Después de eso yo comencé una campaña increíble, porque además volví a Cuba. A los 15 días después de mi gira, la gente pensaba que ya no iba a volar”.
No encontró respuesta, solo evasivas. Nadie le aceptó una reunión ni le explicó nada. Así pasó seis meses, en los que no pudo trabajar y en los que llegaron a cancelar programas de televisión con su participación, que ya se habían grabado, y negaron su presencia en otros, como 23 y M.
“A mí me utilizaron como caso ejemplarizante. Es decir, ellos le dijeron a mis colegas, ‘el que se tire va a pasar por esto mismo’”, afirmó.
“Yo sufrí, yo sufrí. Eso me lleva a un momento ahí en que sufrí mucho, porque me sentí solo” y reveló que sus amigos lo apoyaron pero sus colegas músicos no.
“El miedo es increíble. No quiero generalizar. Tuve tres que me escribieron, pero yo era amigo de todos los artistas. Yo tuve gente que me llamó y me dijo, ‘¿pa’ qué te metiste en eso, muchacho?’”, expresó en la entrevista.
En su testimonio dijo que esos colegas del ámbito artísitico no le ofrecieron absolutamente nada. “No me llamó gente que podía haberme llamado y decirme, ‘voy para tu casa a llevar un paquete de pollo que tú llevas dos meses sin trabajar’. Yo ni tengo un puesto de churros ni tengo un bar en La Habana, yo no tengo nada. Yo vivía de mi música”.
Relató que, para su sorpresa, un día lo llamó Amaury Pérez para expresarle su desacuerdo con lo que le había hecho y manifestarle su deseo de hacer algo por él.
“No nos conocíamos, grabamos un tema un día, nos vimos, pero no éramos ni cercanos (…) Me llamó y me dijo, ‘no quiero que te pase esto, voy a hacer por ti’. Le dije, ‘no quiero que hagas nada por mí. Tú no tienes nada que hacer por mí, amigo’. Y estuve hablando dos horas conmigo, sin tener un vínculo estrecho”, aseguró.
No reprocha nada a nadie, dijo, y ahora, residiendo en Miami, desde hace dos años, ha dejado atrás el rencor por lo que le sucedió en Cuba aunque, según reafirmó, nunca más cantará en la Isla.
