Un reciente informe del Observatorio Cubano de Auditoría Social (OCAC) acusa al conglomerado de los militares cubanos, GAESA, de haberse apropiado de casi 70 mil millones de dólares derivados de las misiones médicas en el extranjero en poco más de una década.
“Es alarmante que la cúpula castrista se esté enriqueciendo de las misiones, teniendo en cuenta que el personal de la salud participante gana un 25 % de lo que generalmente debe ingresar a su nómina”, dijo desde Madrid a la revista informativa Martí Noticias AM el médico cubano Nelson Gandulla.
Añadió que “en el acuerdo el pago a los colaboradores es de un 25 % y el remanente, “según ellos”, debe ser destinado a gestiones sociales del Ministerio de Salud Pública cubana, es decir mantener el funcionamiento de todos los sistemas de esta entidad”.
“Una situación muy lamentable y que eleva las alarmas sobre el tráfico de profesionales cubanos al exterior”, continuó el entrevistado.
“A todo eso hay que sumarle las vicisitudes a las que se enfrentan los cooperantes en esas misiones”, enfatizó el galeno.
Expresó que “para nadie es un secreto que, a pesar de estos acuerdos para el uso del dinero ganado por el régimen en estas misiones, la salud pública en Cuba ha empeorado”.
El galeno dijo, además, que “la infraestructura de los centros médicos es pésima, el uso de alta tecnología es casi nulo, no hay medicamentos, lo que evidencia que ese dinero va a las arcas del Estado, pero no para ayudar al pueblo”.
Según el Anuario Estadístico de Salud y reportes publicados por la prensa estatal, entre 2015 y 2018, Cuba tenía a más de 50.000 cooperantes (la mitad de ellos, médicos), en 68 países. A inicios de 2023, unos 23,792 sanitarios prestaban servicios en 56 países. El valor del monto total de las confiscaciones salariales al personal en las brigadas se ha estimado en un 70% aunque en algunos casos ha llegado a ser 90%.
Añadió que es “un entramado que el régimen utiliza muy bien, con una fachada de solidaridad para el mundo, declarando que tienen el mejor sistema de salud, cuando es totalmente lo contrario”.
“La punta del iceberg es la falta de medicamentos, algunos tan simples como una aspirina. Para nadie es un secreto que existe un déficit en el sistema de salud oficial pero paradójicamente muchos de los medicamentos en falta se pueden adquirir en el mercado negro”, continuó el entrevistado.
El Grupo estatal de las Industrias Biotecnológica y Farmacéuticas (BioCubaFarma) reconoció a mediados de este año ante el Parlamento un déficit de 251 medicamentos, lo que representan el 40% del cuadro básico en el país.
Me da mucha pena por mis colegas por el estrés laboral diario al que se enfrentan, lo que afecta su buen desempeño profesional, porque el personal de la salud en Cuba no está exento de las dificultades diarias: la falta de alimentos, el transporte y otras carencias, de ahí el éxodo creciente de profesionales de la salud, concluyó el galeno.