La cobertura de la visita de Miguel Díaz-Canel a Angola por parte de la prensa del país africano es tan extensa como intensa. De las 12 noticias con que Jornal de Angola abre su página web esta mañana, siete hablan de actos oficiales, encuentros, homenajes y discursos del mandatario cubano, pero poco se sabe del contenido de los acuerdos firmados en el viaje oficial. Este martes, la portada del diario oficialista está protagonizada por este titular: Industrias farmacéuticas cubanas podrán ser instaladas en la Zona Económica Especial, sin muchos detalles más.
Según el texto, el acuerdo que permitirá la instalación de laboratorios de la Isla en el país es recíproco y los angolanos también podrán quedarse en la Zona Especial de Desarrollo de Mariel. Además, hay otro memorando firmado entre la Agencia Reguladora de Medicamentos de Angola (Armed) y el Centro Estatal de Control de Medicamentos, Equipos y Dispositivos Médicos de Cuba (Cecmed) para la formación en Cuba de cuadros angolanos de hemovigilancia, control de calidad e investigación científica.
Los lazos personales también continuaron con José Eduardo dos Santos, que hizo de la cooperación con el Gobierno de la Isla una prioridad
También el turismo es objetivo preferente de la colaboración de dos países cuyas relaciones han sido excelentes desde que en 1975 cientos de miles de soldados cubanos, financiados por la URSS, intervinieron en la guerra civil que sufrió el país hasta 2002, fruto de la amistad entre Agostinho Neto y Fidel Castro, interesado en la implantación de un régimen marxista en el país africano. Los lazos personales también continuaron con José Eduardo dos Santos, que hizo de la cooperación con el Gobierno de la Isla una prioridad.
La colaboración ha sido intensa desde entonces en todo tipo de ámbitos, en particular la salud y la educación. Cuba ha enviado hasta 2.056 trabajadores en “misión internacional” a Angola, de ellos 1.171 son sanitarios y 582 son docentes. “En las empresas 212, y en otros sectores 91 compañeros”, reza la prensa oficialista cubana este martes. Además, 2.180 angolanos estudian actualmente en la Isla y un total de 7.795 se graduaron, según datos oficiales.
A finales de 2020, el nuevo presidente, João Lourenço, puso fin a un enorme contrato valorado en 77 millones de dólares con la sociedad cubana Imbondex, uno de los proyectos estrella de la cooperación entre ambos países para la construcción de miles de kilómetros de carreteras y puentes en la región circundante de Luanda.
Después del golpe que supuso aquella cancelación, encaminada a sanear las cuentas públicas, el encuentro de estos días entre Díaz-Canel y Lourenço ha puesto fin a cualquier posible disenso. El mandatario africano expresó su deseo de impulsar las relaciones y la cooperación, específicamente a la hora de ayudar a Cuba a “actualizar su modelo económico”.
“Es imprescindible acordar el papel dinamizador que el sector privado y los ciudadanos de los respectivos países pueden desempeñar en el marco de la libre empresa”
“En el contexto de la nueva visión sobre el modelo que de ahora en adelante debe estar presente en la relación entre Angola y Cuba es imprescindible acordar el papel dinamizador que el sector privado y los ciudadanos de los respectivos países pueden desempeñar en el marco de la libre empresa, para reforzar la capacidad de ambas economías y la cooperación bilateral”, expuso.
El angolano insistió en que está satisfecho con el intercambio, pero es preciso darle “un nuevo paradigma”. “Contamos una vez más con su colaboración desinteresada y solidaridad”, dijo Lourenço, ignorando que, solo por el salario de un sanitario cubano se pagan unos 5.000 dólares, según la prensa local, unas diez veces más que por un nacional.
“Hoy contamos con personal angoleño muy bien preparado, formado en escuelas, universidades y academias militares cubanas, o en Angola, por instructores y profesores cubanos, que desempeñan, con mucho esmero y eficiencia, las funciones que les asignan”, agregó el presidente.
Lourenço también halagó al régimen cubano por el ingenio empleado a diario contra el embargo. “A pesar de ello, [su país] ha demostrado un impresionante nivel de resiliencia y capacidad para encontrar soluciones que garanticen la supervivencia del pueblo cubano y la preservación de la independencia y la soberanía nacional”, señaló.
Díaz-Canel, que visita por primera vez en su mandato el país (hacía 14 años que un dirigente cubano no viajaba a Angola), agradeció los cumplidos y afirmó que considera a Luanda un “socio ideal para acompañar el proceso de actualización del modelo económico y social cubano”.
El dirigente cubano ha estado presente en otros actos, como en un discurso frente a los diputados de la Asamblea Nacional, a quienes aleccionó sobre los lazos de sangre entre el continente africano y la Isla, el humanismo, la lucha contra la esclavitud o el apoyo –no exento de intereses– a la independencia de sus países. Allí citó a Fidel Castro: “Sin África, sin sus hijos y sus hijas, sin su cultura y sus costumbres, sin sus lenguas y sus dioses, Cuba no sería lo que es hoy. El pueblo cubano tiene por ello una deuda con África que se acrecienta con la historia heroica que hemos compartido”.
“Sin África, sin sus hijos y sus hijas, sin su cultura y sus costumbres, sin sus lenguas y sus dioses, Cuba no sería lo que es hoy”
También depositó flores en la tumba de Agostinho Neto y del jefe de las tropas cubanas en Angola, Raúl Díaz-Argüelles, que murió muy al inicio de la guerra; visitó a jóvenes cubanos que estudian en el país y mantuvo encuentros con organizaciones de apoyo al régimen. Pero la pregunta principal que se hacen los cubanos es cuánto de parecido guarda esta gira de su presidente con la que realizó a finales del pasado año por Argelia, Turquía, China, Rusia y Bielorrusia. En aquel viaje arrancó a sus socios varios contratos, acuerdos y donaciones millonarias, aunque lo más importante fue garantizar suministros energéticos y petróleo.
Angola es un país extremadamente pobre y con una inflación galopante, pero sus recursos naturales son ingentes. El 26% de su producto interno bruto (PIB) depende del petróleo que, con el alza de los precios recibe grandes cantidades de divisas. Pero Cuba no tiene cómo pagar, a menos que lo haga como habitualmente: con el trabajo de sus médicos y otros profesionales.
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