AREQUIPA, Perú – La Lonja del Comercio en La Habana es un edificio fastuoso, imponente, arquitectónicamente deslumbrante. Al momento de su construcción fue catalogado como uno de los proyectos más sobresalientes de los primeros años del siglo XX en la Isla. También considerado por muchos como el primer rascacielos de la capital cubana.
Actualmente es un edificio de oficinas situado en la Calle Lamparilla No.2, en la Plaza de San Francisco, en el centro de La Habana Vieja. Su construcción, que tardó un par de años, se remonta a 1907 en los terrenos que pertenecían a las familias ricas de los Arostegui y Armona.
El imponente edificio fue proyectado por el arquitecto Tomás Mur con la colaboración decisiva de José Toraya, bajo el auspicio de la compañía norteamericana Purdy & Henderson.
El inmueble es de estilo eminentemente renacentista y posee un marcado carácter ecléctico. Su fachada muestra una decoración muy variada y en la cúpula fue colocada una estatua de bronce de Mercurio, dios griego del comercio, que es visible desde la distancia.
En el diseño original contaba solo con cinco pisos destinados a bolsa, almacén, oficinas y otras actividades de la Lonja, pero con el paso de los años se amplió otra planta y se hicieron algunas transformaciones que no supusieron grandes cambios en sus características fundamentales.
En un primer momento fue destinada a las oficinas de la Lonja de Víveres de La Habana, que luego se convirtió en la Lonja del Comercio, o sea la Bolsa de valores y la casa de contratación de la ciudad, labor que desempeñó hasta el triunfo de la Revolución castrista, en 1959, devenida en dictadura. Luego de esa fecha, fueron colocadas diversas oficinas y el edificio sufrió cierto abandono.
Después de la apertura de los años 90, el régimen cubano decidió su restauración para convertirlo en complejo de franquicias. Cinco años más tarde comenzaron las labores de renovación general por la empresa mixta cubano-española Áurea S.A.
El primer negocio inmobiliario radicado en el lugar fue el producto de la asociación de la Oficina del Historiador de la ciudad y la corporación bancaria española Argentaria.
En los 10.000 metros cuadrados con que cuenta esta construcción encontraron su espacio empresas nacionales y extranjeras, la embajada del Brasil, agencias de noticias como CNN, y la Emisora Habana Radio
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