MIAMI, Estados Unidos. — En año 1932 la ciudad italiana de Venecia acogió el primer festival internacional de cine de la historia. Era el período entre las dos guerras mundiales, Europa avanzaba en su recuperación con relativa tranquilidad y la cultura se llenaba de aires renovadores, muchos provenientes del séptimo arte. Durante aquella entrega, países como Francia, Inglaterra, Estados Unidos y especialmente Alemania e Italia exhibieron las mejores obras de sus respectivas cinematografías.
Las delegaciones participantes seleccionaban las producciones nacionales que presentarían en el festival. En aquella década, marcada por el ascenso al poder de Benito Mussolini y Adolfo Hitler, fueron favorecidas las películas italianas y alemanas por motivaciones ideológicas, en detrimento de filmes muy superiores. Para finales de los años treinta los realizadores de Francia, Reino Unido y Estados Unidos habían roto con el festival de cine de Venecia por la grosera irrupción de la política en el arte.
Fue entonces cuando un grupo de críticos y cineastas franceses solicitó al gobierno de su país apoyo para sufragar la celebración de un festival de cine en Francia, donde cada muestra pudiera ser apreciada al margen de los intereses políticos, la censura y la represión.
A pesar de que el proyecto podía ser interpretado como un desafío a Mussolini, los solicitantes galos, entre ellos Philippe Erlanger —inspector general del Ministerio de Educación Nacional y Bellas Artes—, el periodista Robert Favre Le Bret y el inventor del cinematógrafo Louis Lumière, fueron muy persuasivos.
Con la venia del gobierno y el concurso de importantes cineastas, fue inaugurado el 1ro de septiembre de 1939 el Primer Festival Internacional de cine de Cannes, cuyo desarrollo se vio interrumpido por el estallido de la Segunda Guerra Mundial. Hubo que esperar siete años para hacer realidad aquel sueño.
El 20 de septiembre de 1946, poco después de finalizado el conflicto bélico, fue celebrada oficialmente la primera edición del Festival de Cine de Cannes, que tuvo entre sus objetivos promover lo mejor del cine mundial y mejorar las relaciones diplomáticas entre los países.
Para la década de 1950 asistieron al evento personalidades como Grace Kelly, Brigitte Bardot, Alain Delon, Kirk Douglas, Sophia Loren y Gina Lollobrigida. El prestigio del Festival creció ostensiblemente y su Palma de Oro —creada en 1954— se convirtió en uno de los premios más codiciados de la industria del cine.