LA HABANA, Cuba.- Este lunes 27 se conmemora el Día Internacional en Memoria de las Víctimas del Holocausto. Se trata de una fecha establecida en 2005 por decisión de la Asamblea General de la ONU. De ese modo, la comunidad mundial recuerda a los millones de seres humanos (judíos en su gran mayoría) exterminados por el protervo régimen nazi.
La ocasión es propicia —creo— para echar una ojeada a los últimos acontecimientos que han tenido por escenario la Tierra Santa. Entre ellos se destaca el cese al fuego acordado entre el Estado de Israel y el régimen instaurado en la Franja de Gaza por el grupo terrorista Hamás.
Se trata de un arduo y prolongado proceso que contó con la mediación activa de Estados Unidos, así como de Catar y Egipto. Como parte de los acuerdos, se ha iniciado un proceso de intercambio de prisioneros. Ya han regresado a Israel los primeros dos grupitos de tres y cuatro rehenes, respectivamente (hasta el momento, todas mujeres), puestas en libertad por Hamás. Como contrapartida, han salido de las cárceles veintenas de prisioneros palestinos.
Considero que lo primero que corresponde destacar es la asimetría de estas excarcelaciones. No solo en el número (decenas de palestinos por cada israelí), sino también en el carácter de unos y otros. Por el lado hebreo, se trata en su mayoría de civiles tomados como rehenes por Hamás durante el ataque del 7 de octubre de 2023 que dio inicio a la presente fase de enfrentamiento armado.
Aquel día fatídico, más de 1.200 israelíes (muchos de ellos mujeres y niños) fueron masacrados por Hamás. Otros dos centenares y medio fueron llevados a territorio gazatí y encerrados en túneles insalubres, en condiciones inhumanas. Han menudeado los atropellos contra ellos, incluso ha habido denuncias de ataques sexuales contra las mujeres.
Por el contrario, por la parte de los palestinos se trata de personas que, de un modo u otro, han realizado actos reconocidamente delictivos. Es verdad que, en esto, “hay de todo, como en botica”: algunos han sido sancionados por ocasionar la muerte de personas; sobre otros penden acusaciones de haber perpetrado hechos ilícitos, pero de menor entidad, como lanzar cocteles Molotov o piedras.
Como quiera que sea, la propaganda del régimen castrocomunista se ha manifestado de manera clara e indubitada en defensa de Hamás (aunque ellos prefieren utilizar el término “Palestina”) y en contra de Israel. Supongo que, para asumir esa postura, se hayan tomado en cuenta no solo el carácter del Estado Hebreo como el único país democrático del Cercano Oriente, sino también su vertical postura como parte de Occidente y firme aliado de Estados Unidos.
Ya sabemos que Fidel Castro, aun antes de trepar al poder, le expresó a su confidente Celia Sánchez, en carta famosa, que veía el destino de su vida en “luchar contra los americanos”. Nuestro pueblo, en masa, ha resultado víctima de esa decisión unipersonal del instaurador de la dinastía. Tal pareciera que, para el régimen, la razón de ser del Estado Cubano fuera la de enfrentarse a Estados Unidos…
Entonces no debe extrañarnos que, puestos a escoger entre Israel y Hamás, la propaganda castrocomunista se decante, sin vacilación alguna, por esta última organización terrorista, y repudie al país judío, aliado de Washington. Esto se refleja en el alud propagandístico que los plumíferos y cotorrones al servicio del régimen derraman sobre los cubanos.
Pese a ello, justo reconocer que esa campaña de agitación representa una rara excepción entre las que constantemente organiza y lleva a cabo el Departamento Ideológico. Como ya planteé en un artículo publicado aquí mismo el pasado 4 de mayo, ella es la única en la cual los castristas pueden ufanarse de haber alcanzado cierto éxito. La mayoría de los cubanos, que repudia en masa la actividad del régimen y sus mentiras, se ha dejado manipular por la propaganda tendenciosa sobre el actual conflicto y siente algún rechazo por las acciones de Israel.
Aclaro que esto ocurre entre la masa que, pese a su hartazgo con las políticas castrocomunistas, lee y oye la prensa oficialista de manera acrítica. En otro artículo publicado aquí mismo en CubaNet en diciembre de 2023, destaqué un hecho que considero histórico: organizaciones de la sociedad civil que gozan de reconocimiento oficial en Cuba (lo cual implica que no son opositoras, pues si lo fueran, no lo tendrían) por primera vez emitieron declaraciones que discrepan de los pronunciamientos del régimen.
Fueron ellas la Federación de Comunidades Hebreas de Cuba, primero, y después, las Iglesias Evangélicas, mediante una “Declaración Conjunta”. En ambos documentos, con matices diversos, se reconoce el derecho de Israel a defenderse y se menciona el papel pernicioso desempeñado por Hamás.
La campaña de agitación desatada por el régimen no. Ella es unilateral y tendenciosa; omite “detalles” importantísimos: Por ejemplo, que la actual etapa de hostilidades fue iniciada por Hamás, con su ataque artero y brutal del 7 de octubre. Tampoco se habla mucho de los asesinados ni de los rehenes trasladados por la fuerza a Gaza.
Por esa razón, para no extender en demasía este artículo, y para aclararle a esa mayoría de compatriotas qué es en realidad Hamás, mencionaré solo a dos de esos cautivos. Me refiero a los hermanos Ariel y Kfir Bibas,… ¡nacidos hace cuatro años y apenas dos! Porque sí: ¡el pequeño Kfir tenía apenas ocho meses y medio cuando se convirtió en un rehén de Hamás!…
Es natural que cualquier persona normal sienta compasión por dos angelitos capturados, ¡como botín de guerra!, por los desmadrados de Hamás; que deploren un destino tan cruel como el de permanecer encerrados en los túneles fabricados por la organización terrorista en la Franja de Gaza. En nuestro caso, como latinoamericanos, se multiplica esa natural simpatía, por tratarse de personitas de origen argentino.
Fuentes del grupo terrorista han afirmado que los niñitos murieron en noviembre de 2023 durante un bombardeo israelí. Está claro que se trata de un intento burdo por culpar de su supuesta muerte a sus adversarios israelíes. Pero los dichos de esos terroristas, mentirosos compulsivos, no gozan de credibilidad. Es por ello que los nombres de ambos, al igual que los de sus progenitores, fueron mantenidos en la lista israelí de rehenes. Y no desaparecieron las esperanzas de recuperarlos con vida.
Felizmente, esto último fue confirmado este lunes, pues los nombres de los cuatro miembros de la familia Bibas aparecen en la lista de rehenes a liberar por Hamás. ¡La supuesta muerte de los niñitos fue otra mentira infame de los terroristas!, quienes, por lo visto, prefieren que ambos sigan presos un tiempito más, para que su liberación no reciba la especial cobertura mediática destinada a los primeros excarcelados. ¡Qué canallada!
En el ínterin, habría que preguntarles a los criminales de Hamás: ¿Por qué tomaron como rehenes a esos dos niñitos! Y a los jefes de la organización terrorista: ¿Por qué no revocaron de inmediato ese monstruoso apresamiento! Al propio tiempo, espero que mis compatriotas, desorientados en este caso por la tendenciosa propaganda castrocomunista, reconsideren sus simpatías por Hamás tras conocer el espantoso caso de los hermanitos Bibas.
