Cuando Jeff Phelps, un turista canadiense de visita en Cuba, entró a su habitación en el Grand Memories Varadero, no lo podía creer. Una cucaracha fue su bienvenida y al intentar cambiar de cuarto la administración le dijo que no era posible.
Una experiencia parecida a la de Phelps, contada a CBC News, se repite una y otra vez en testimonios publicados en las redes sociales y podría ser una de las causas de la caída estrepitosa en el número de turistas que visitan la isla, según varios expertos.
“El gobierno cubano se trazó una meta de tres millones de turistas y sólo llegaron a 2,4. Es decir, menos incluso del año anterior donde la meta fue de 2,5 millones de turistas. Las razones por las que han fracaso están a la vista: la crisis multisistémica del país no puede atraer al turismo”, dijo a Martí Noticias Emilio Morales, miembro del “laboratorio de ideas” o “think tank” para abordar la realidad cubana lanzado recientemente por la organización Cuba Siglo 21.
“El servicio es pésimo, la atención al cliente es terrible. Las quejas de los turistas inundan las redes sociales. Sólo hay que mirar lo que opinan los rusos y los canadienses que son los que más están visitando Cuba para entender el fracaso del modelo turístico cubano”, añadió el experto.
La debacle turística cubana en cifras:
En 2023 apenas arribaron al país 2.436.979 de turistas, una cifra por debajo incluso del plan de 2,5 millones trazado para 2022. El resultado representa una caída de 43% del arribo de turistas al país en comparación con la alcanzada en 2019, que fue de 4.275.561.
El único mercado turístico que creció en Cuba fue el ruso. La Habana y Moscú han relanzado sus relaciones, acercándose tras la invasión rusa de Ucrania y las sanciones occidentales contra el gobierno de Vladimir Putin.
El país que más turistas aportó fue Canadá, con un total de 936.436. Sin embargo, se quedó un 16,40% por debajo de la cifra alcanzada en 2019.
En el caso de los cubanoamericanos, una fuente importante de ingresos para la menguada economía del régimen, visitaron la isla 358.480, una cifra muy por debajo de los 623.975 cubanoamericanos que lo hicieron en 2019.
Para Rubén Roque, un cubano residente en Kendall que visita al menos una vez al año a su familia en Pinar del Río, la situación económica de Cuba se ha ido empeorando y con ella se vuelve cada vez más difícil hacer un turismo seguro, lo que lo ha hecho replantearse sus viajes a la isla y optar por llevar a su familia a República Dominicana.
“Cada vez escuchamos más noticias de asaltos, robos, asesinatos. Recientemente encontraron el cadáver de un cubanoamericano que había ido a visitar a su hija que estaba de cumpleaños. Lo mataron para robarle. Hasta el auto en el que iba lo desguazaron. Esas cosas antes no se veían”, dijo.
Cuba decrece pero el turismo en el Caribe aumenta
Morales resaltó la gran diferencia entre Cuba y otros destinos del Caribe, que lejos de menguar en el número de turistas, aumentan. Países como República Dominicana sobrepasan ya la llegada de 10 millones de turistas que generan ingresos por más de 11.000 millones de dólares.
“La industria turística cubana ha envejecido junto a sus métodos y marketing. La comercialización de la marca cubana es terrible. Sólo queda sol y playa prácticamente. En otros mercados de la región el turista llena sus horas de ocio visitando lugares y teniendo actividades extrahoteleras, pero en Cuba esto ha desaparecido”, comentó el experto.
La emigración hacia Estados Unidos, la más alta en toda la historia de Cuba con más de medio millón de salidas del país en menos de dos años, también ha impactado a la industria.
“Calculo que se han ido más de 10,000 trabajadores del turismo con su conocimiento del mercado. Lo que ha hecho el gobierno es sustituirlos por estudiantes y personas sin capacitación que no logran mantener contentos a los clientes”, señaló.
Menos turistas pero más hoteles
El régimen cubano ha priorizado la construcción de hoteles a pesar de la caída del número de turistas. En el primer semestre de 2023 el gobierno invirtió cuatro veces más en hoteles y restaurantes que en Salud Pública y Asistencia Social. Esto a pesar de la grave crisis que enfrenta la sociedad, con un incremento sostenido de los niveles de pobreza.
“Hay una inversión multimillonaria y descabellada en construir hoteles cuando la tasa de ocupación hotelera no sobrepasa el 10 o el 15%. Es decir, el régimen prefiere construir hoteles aunque estén vacíos porque no puede atraer turismo”, indicó Morales.
“Estamos viendo en los últimos 15 años una inversión de 24,000 millones de dólares en hoteles sin que la industria turística haya reportado esos beneficios. El dinero viene de otras fuentes como la explotación de médicos cubanos en el extranjero y de las remesas”, añadió.
Jennifer Hurst, otra turista canadiense que se hospedó en el Grand Memories Varadero, ya había visitado Cuba algunos años atrás pero cuando entró a su habitación descubrió el cambio. Todo olía a moho y el estante sobre la nevera estaba inclinado y “completamente podrido”.
Tras quejarse, la cambiaron de habitación pero en su nuevo cuarto la puerta no cerraba y tampoco había agua caliente.
“En ese momento, queríamos regresar a casa. Simplemente pensamos: ‘vamos a reducir nuestras pérdidas’. No me imagino pasar las vacaciones allí”, dijo Hurst.
Diversos activistas y líderes políticos en el sur de la Florida han llevado adelante iniciativas con el hashtag #NoTravelToCuba para visibilizar las graves violaciones a los derechos humanos de los que se acusa al régimen, que actualmente tiene más de 1,000 presos políticos.