En moneda nacional y, también, en USD –gran novedad de la reforma anunciada en enero–, aparecieron este miércoles los nuevos precios de los combustibles en los dispensadores del servicentro de Rancho Boyeros y Ayestarán, en La Habana. A los choferes que se alarmaban al ver esas tarifas en pesos y dólares –cinco veces más caras que las anteriores –, los empleados explicaban que el cambio entraría en vigor mañana jueves 1 de febrero. Sin embargo, los medios oficiales comunicaron esta misma tarde que la implementación de las nuevas tarifas queda aplazada.
“Las proyecciones de gobierno para corregir distorsiones y reimpulsar la economía durante el 2024 solo se implementarán si están creadas las condiciones para ello”, declaró a la televisión nacional Mildrey Granadillo de la Torre, viceministra primera de Economía y Planificación. “Defendiendo este principio” es que se decreta aplazar la puesta en vigor de la “actualización de los precios” de las gasolinas, dijo la alta funcionaria, quien añadió que “en esta decisión incluye la ocurrencia de un incidente de ciberseguridad en los sistemas informáticos para la comercialización de los combustibles cuyo origen se ha identificado en un virus desde el exterior”.
Lo reiteraba también Esther, la encargada de organizar vía Telegram la cola para comprar combustible en Guanabacoa: “Se prorroga la actualización de los precios del combustible y su comercialización en USD. La decisión se debe a un ataque de ciberseguridad en el sistema de comercialización de Cimex”.
A ello aludió este martes, precisamente, el influencer cubano Manuel Milanés en un tuit desde Miami: “A la Coorporacion Cimex de Gaesa le borraron todo el sistema de gestión y no tenían backup, están haciendo inventario general para poder tener algún control”.
“En esta decisión incluye la ocurrencia de un incidente de ciberseguridad en los sistemas informáticos para la comercialización de los combustibles”
Preguntado por 14ymedio, un conductor de la estatal Copextel aseguraba este miércoles que la nueva medida no le preocupaba. Gasolina especial a 156 pesos o 1,30 dólares en lugar de 30 pesos; regular y diésel a 132 o 1,10 y motor a 114 pesos o 0,95 dólares (en lugar de 25 y 20 pesos, respectivamente), enumeraba mientras llenaba el tanque de su camión. “A mí me da igual si están baratos o caros porque esto lo paga la empresa para la que yo trabajo. Si no tiene dinero para pagar el combustible, me quedo en mi casa”, añadía.
Los choferes de carros particulares, sin embargo, no mostraban la misma tranquilidad. Tras correrse la voz de que el servicentro de 25 y G, en El Vedado, estaría despachando gasolina esta mañana, decenas de boteros y propietarios de carros se agruparon en una cola que avanzaba por varias cuadras a ambos lados de la calle F.
“Yo voy detrás de ese Kia y él detrás del Peugeot rojo”, gritaba un chofer. “Aquí nadie quiere lío, por eso todo el que llega a la cola le tira una foto a la chapa del carro que tiene delante, para saber detrás de quién va y que no le metan el pie diciendo que viene con dos socios más. Aquí el que marca la cola es el carro”, comenta a este diario uno de los boteros.
Intranquilos por el cambio de precios, con el que vaticinan irregularidades y preferencia del Gobierno con los servicentros en divisas, muchos de los que esperan en 25 y G intentarán comprar este miércoles todo el combustible que puedan. “Ya yo vacié la poca gasolina que traía en el carro para poder llenar el tanque hasta arriba. También traigo unos galones siempre en el maletero por si puedo comprar más”, refiere uno de los choferes, que se queja de que la cola no avance. “Mi cuñado, que está unos carros más adelante, incluso fue a una consulta que tenía en el (hospital) oncológico y cuando viró esto no se había movido casi nada”.
Otra de sus preocupaciones, no muy alejada de la realidad, asegura, es que los nuevos sistemas de pago por tarjetas no funcionen en un país con cortes constantes de electricidad y caídas frecuentes del sistema de cobro electrónico. Esta misma tarde, los dos servicentros de Guanabacoa alertaban que solo era posible el pago con las tarjetas emitidas por Fincimex y que no funcionaba el código QR.
Muchos choferes, molestos por la demora y el hambre del mediodía, reclaman la forma en la que el régimen maneja el cambio de precio a sabiendas de que se disparará la demanda de combustible. “Está jodedera va a seguir”, lamentaba uno, “y el dólar sigue subiendo, ni se sabe adónde va a llegar”.
“Ese que tú ves ahí en la moto –continuaba– lleva toda la mañana dando vueltas por la calle. Parece que lo mandaron a vigilar que todo esté tranquilo. Uno los nota enseguida por el nasobuco, las gafas oscuras y la gorra que usan como para que no los reconozcan”, indica. “Para eso sí hay combustible”.
Mientras tanto, están surgiendo más incidencias que de costumbre, tanto en los sistemas de pago, como en la suspensión del servicio porque ningún técnico aparece para arreglar los dispensadores supuestamente averiados.
El resto de las señales que han aprendido a descifrar los habaneros, como el humo de la patana anclada en la bahía o el fuego de la refinería Ñico López, no dan indicios de que por la ciudad circule petróleo. Esta mañana, ninguna de las dos tenía las chimeneas encendidas.
Los puertos cubanos, no obstante, reportan la entrada de tanqueros de petróleo como el Alicia y el Chemical Contender en la capital, el Lourdes, el Ocean Mariner y el Sandino en Matanzas, el Esperanza en Cienfuegos y el LPG Emilia en Santiago de Cuba, donde también esperan este miércoles al Aquila.
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