Expertos económicos en Cuba han señalado que las recientes medidas anunciadas por el régimen para “encaminar la economía del país” podrían desencadenar una nueva ola inflacionaria.
Diversos indicadores, como el aumento del precio de las divisas en el mercado informal, sugieren que la economía podría enfrentar un incremento sustancial en los niveles de inflación.
En declaraciones a Reuters, economistas cubanos expresaron su preocupación, sugiriendo que las medidas, que incluyen incrementos de precios e impuestos, así como la reducción de subsidios, podrían resultar en una inflación estimada entre el 400% y 500%.
Omar Everleny, un destacado economista, subrayó la interconexión de los precios en la economía y expresó su preocupación por la falta de énfasis en aumentar la producción manufacturera y agrícola.
El régimen, por su parte, argumenta que estos ajustes son esenciales para frenar un creciente déficit presupuestario que se prevé supere el 18% del Producto Interno Bruto, preparando el terreno para el crecimiento económico. Sin embargo, críticos como Pavel Vidal, un economista y ex empleado del Banco Central de Cuba, sugieren que también es imperativo abrir la economía a inversiones privadas para estimular la producción y expandir la base impositiva.
Óscar Fernández, otro conocido economista de la Universidad de La Habana, fue contundente al describir las nuevas medidas como una “bomba inflacionaria”. Fernández abogó por la flexibilización de las reglas para el sector privado y el cierre de empresas estatales en quiebra que afectan la economía local.
El aumento del precio del combustible en Cuba
Una de las medidas más impactantes será el aumento del precio de la gasolina en casi cinco veces a partir del 1 de febrero. Este incremento, junto con ajustes menos visibles en el combustible mayorista, transporte de carga, y los impuestos sobre las ventas e importaciones, se espera que provoque aumentos generalizados en productos y servicios minoristas.
Luis Moreno, un taxista de La Habana, compartió sus preocupaciones sobre la creciente carga financiera: “No es solo el combustible, es la comida, es que todo está muy caro”.
Aunque el Gobierno cubano anunció que la inflación cerró el 2022 en un 30%, muchos economistas cuestionan estas cifras, argumentando que están influenciadas por un mercado informal que vende divisas a precios más altos que los establecidos por el estado. Tras el anuncio de las nuevas medidas, el dólar ha alcanzado cifras récord en el mercado negro.
A pesar de los pronósticos negativos, el ministro de Economía, Alejandro Gil, aseguró en diciembre que la inflación se está ralentizando en la isla, un mensaje que ha sido recibido con escepticismo por parte de los ciudadanos cubanos, quienes acusan al gobierno de manipular cifras malintencionadamente.
En un intento por abordar los desafíos económicos, el régimen cubano reconoció el fracaso de la “tarea ordenamiento” durante el VII Pleno del Comité Central del PCC. Se anunció un cambio de rumbo en la política económica, marcado por aumentos en los precios de servicios básicos como agua, electricidad, gas y combustibles. El futuro económico de Cuba parece desafiante, y la población espera con ansias mejoras tangibles que aún no se han materializado.
