Saturday, September 21, 2024
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Doctor cubano denuncia “injusticia absoluta” en juicio por presunta negligencia médica

MADRID, España.- El doctor William Pérez Ramírez, uno de los seis médicos enjuiciados en Granma por la presunta negligencia que llevó a la muerte de un paciente, denunció esta semana la “injusticia absoluta” que se ha cometido contra ellos.

Pérez Ramírez, quien recibió una sentencia de un año de prisión domiciliaria, ofreció su testimonio —compartido en Facebook por el periodista Ernesto Morales— sobre este suceso ocurrido en el Hospital Carlos Manuel de Céspedes, situado en la ciudad de Bayamo.

Según explica, el juicio se desarrolló en tres fases fundamentales. En la primera fase, los acusados presentaron sus testimonios, detallando los elementos esenciales relacionados con las acusaciones en su contra.

En un segundo momento se presentó la Dra. Ingrid Porto Mateo, representante de la comisión encargada de la investigación inicial de los sucesos. Pérez Ramírez señaló la presencia de inconsistencias en el dictamen de esta comisión, especialmente en lo referente a las entrevistas realizadas con otros médicos del hospital.

En la última parte del juicio, intervino la madre del motorista fallecido. Pérez Ramírez destacó que durante el proceso dejó en claro diversos elementos cruciales sobre los cuales se le imputaba responsabilidad, incluida la supuesta recepción inadecuada y clasificación del paciente, así como su participación en la cirugía y su interacción con el paciente en la sala polivalente.

El médico también señaló la falta de idoneidad científica de la comisión investigadora y cuestionó la capacidad de quienes presidieron el juicio para evaluar adecuadamente las pruebas presentadas. En el video, Pérez Ramírez expresó su profunda indignación y su sensación de desamparo durante todo el proceso judicial.

“Quise hacer este video para eso, mi inconformidad es extrema, extrema. En todo momento me he sentido desprotegido durante este proceso. Yo creo que en este país los médicos estamos muy desprotegidos, muy desprotegidos desde el punto de vista legal. Nos juzgan personas que no tienen ni el mínimo conocimiento acerca de medicina. (…) Y por si fuera poco se nombra una comisión que no tiene la capacidad científica suficiente para demostrar nada”, declara.

Previamente el doctor Rafael José Sánchez Vázquez, otro de los médicos enjuiciados, también compartió su testimonio, subrayando que los procedimientos médicos realizados fueron los adecuados, a pesar de las dificultades materiales que enfrentaron.

Mientras que Yoandra Quesada, también implicada, ha explicado que el paciente en cuestión era un joven de 23 años que llegó al hospital el día 17 de diciembre de 2021 caminando y acompañado, mostrándose además comunicativo y orientado.

En un primer momento, fue examinado por el doctor Ristian Solano, encargado de la estancia, a quien le dijo que se había caído de una moto.

“Claramente él no quería que se supiera otra cosa, porque tú sabes que la policía iba a controlar el hecho del accidente e iba a haber imputaciones diferentes sobre él, dígase quitarle la licencia”, dijo Quesada.

La doctora refiere que ella se involucró con el caso a la hora de entrar al salón, cosa que hizo “sin demora” o “ninguna morosidad”. En el contacto inicial con el joven, lo primero que le vino a la mente fueron sus hijos.

“Son 23 años, mi hijo tiene 23 años. Yo soy médico, pero soy madre. Veo mis hijos en él. Me volví como loca. ‘¿Qué te pasó mi amor?’, le digo”.

El muchacho ya temeroso por la situación y su salud le cuenta que había sufrido un accidente mientras manejaba a una velocidad superior a los 100 kilómetros por hora.

Una vez en el quirófano, explica la galena, no había aspiración porque el equipo no servía, no había sonda vesical, ni tampoco levine, un insumo “indispensable” para la operación que pretendían realizar.

“Conseguimos un levine. Las suturas no las buscó ningún familiar, todas se las puse yo (…) porque el salón, el hospital y el resto administrativo ninguno tenía de nada. Porque en el hospital no hay de nada, no hay cara, no hay corazón, no hay disciplina humanitaria. A nadie le importa nada, no tengo palabras para describírtelo”, resalta la cirujana.

En medio de esas circunstancias y otras dificultades, la operación se llevó a cabo con los escasos capitales disponibles y otros insumos que pudieron conseguir los médicos. El joven salió del salón a recuperarse y eventualmente falleció.

De los seis enjuiciados por este suceso, solo una radióloga resultó absuelta; los otros cinco facultativos recibieron sanciones de uno a tres años de prisión domiciliaria.

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