Entre 6 y 12 millones de dólares al mes podría estarse embolsando el Gobierno cubano por los 1.232 profesionales de la salud que tiene en Catar y que recibieron este domingo la visita del presidente, Miguel Díaz-Canel, de viaje oficial en el emirato. El mandatario llegó al denominado Hospital de los Cubanos, en la ciudad de Dukhan, cercana a Doha, y allí describió el centro médico como una joya, palabra que adquiere un especial doble sentido si se realiza el cálculo del beneficio que aporta la generosa misión.
El rotativo británico The Guardian realizó hace tres años un reportaje en el que hablaba del centro médico y calculaba que el pago de Catar por cada sanitario estaba en una horquilla de entre 5.000 y 10.000 dólares, en función de la especialidad.
Según el diario, cada trabajador podía cobrar unos mil dólares mensuales –una fortuna en la Isla–, mientras que de 4.000 a 9.000 dólares iban a parar al Estado, como es habitual. La proporción sería de un 90% de apropiación, teóricamente para revertirla en el Sistema de Salud, aunque los datos dejan ver que el dinero destinado a la construcción de hoteles es mucho mayor que el que se dedica a una sanidad cada día más precaria.
Díaz-Canel fue, según el jefe de misión, Rody Cervantes Silva, “una bocanada de aire fresco”. El funcionario explicó que hay médicos cubanos repartidos por 13 instituciones, de los cuales 550 están en el Hospital de los Cubanos, inaugurado el 10 de enero de 2012.
La cobertura que la prensa oficial ha hecho de la visita habla de un encuentro emocionante, emotivo, en el que se recopilaron experiencias y “emergieron testimonios, reflexiones y sentimientos”.
“Aquí todos estamos emocionados”, correspondió el mandatario, a quien se hizo desfilar por los pasillos de un lugar “moderno, de color blanco e impecablemente limpio”, según describe Cubadebate las instalaciones que, sin duda, envidiarán los pacientes que en la Isla deben acudir a consultas en salas desvencijadas, con espacios insalubres, grietas y humedades.
“Ha sido un placer y un honor para nosotros recibirlo en este Hospital cubano de Dukhan, y especialmente en este día tan maravilloso que es el Día de la Medicina Latinoamericana”, siguió Cervantes Silva, que acompañó al presidente a un patio en el que esperaban unos 300 sanitarios de la Isla. “Siempre pueden contar con nosotros”, dijo el jefe de la misión a los trabajadores.
La afirmación choca con los testimonios de varios profesionales sanitarios que en 2020 contaron al diario español El Mundo que unos 40 colegas dejaron la misión en el Hospital Cubano de Dukhan en una huida “digna de una película de espionaje de la Guerra Fría”.
Nada de eso, claro está, salió a relucir en la reunión de este domingo, donde se dejó ver lo muy bien formados que están los sanitarios cubanos, las barreras que han vencido en su adaptación a Catar –idiomáticas y tecnológicas en su mayoría, afirmaron– y lo mucho que echan de menos a “la Cuba amada”.
Todas esas buenas palabras fueron recogidas por Díaz-Canel en el mismo tono. “Aquí se muestra el valor de la Medicina cubana, del sistema de salud cubano”, dijo. El presidente agregó que los profesionales “venían preparados”. “Ustedes tienen la experiencia de enfrentar adversidades, la mayoría ha cumplido otras misiones internacionalistas”, siguió Díaz-Canel, que mencionó los elogios que le trasladaron las autoridades cataríes sobre esta misión.
La visita se produjo un día antes de la publicación de un informe que calcula que las misiones internacionales de los últimos 13 años han servido para que el Estado se haya apropiado de unos 70.000 millones de dólares. Las organizaciones internacionales llevan años denunciando estos trabajos, escogidos por cientos de profesionales cubanos porque suponen un salario mucho mayor y la opción de desertar con mayores facilidades que el resto, son una forma de moderna esclavitud, ya que el Gobierno se embolsa hasta un 90% –como es, presuntamente, el caso de Catar– del salario que los distintos contratistas pagan por cada empleado.
La visita se produjo un día antes de la publicación de un informe que calcula que las misiones internacionales de los últimos 13 años han servido para que el Estado se haya apropiado de unos 70.000 millones de dólares
En esas misiones, además, los médicos están obligados a no mezclarse con la población local, promover las políticas del régimen y defenderlo tanto en redes sociales como en visitas como la de este fin de semana o someterse al control de movimientos por parte de los jefes de misión, aunque a veces son estos mismos los que acaban abandonando al grupo, como ocurrió en Andorra durante el covid-19.
También coincide, la visita de Díaz-Canel y el entusiasmo con los médicos, con un momento delicado para el sector en la Isla tras el juicio a seis galenos del hospital de Bayamo por la muerte de un paciente. Cientos de compañeros se han solidarizado con sus colegas, procesados a su juicio por un delito de negligencia que solo es responsabilidad de sus superiores, por no proporcionarles las condiciones adecuadas. En algunos sectores se habla, incluso, de una huelga de médicos contra la que ya se está movilizando el régimen pese a ser apenas un rumor. La prensa oficial acusa a EE UU de promover para este diciembre una revuelta en este sector.
En este contexto, Díaz-Canel aportó su grano de arena para la dura tarea de congraciarse con unos sanitarios cansados, dentro y fuera de la Isla, de la situación que viven. Una placa con el mapa de Catar y regalada por la Corporación Médica Hamad, que tiene bajo su mando a todos los hospitales públicos del país árabe, y su firma en el libro de visitas: “Felicidades en el Día de la Medicina con todo cariño”.
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