“Socio, ¿ya hay combustible?”. Sacando la cabeza por la ventanilla, un chofer lanzaba la pregunta este lunes a uno de los empleados de la gasolinera Tángana, entre Calzada y N, en El Vedado habanero. “Lo que hay es esto”, le respondía el trabajador, enseñándole unos cuatro centímetros entre el índice y el pulgar. Muy poco. Habría para los dos vehículos que se encontraban repostando en ese momento, pero difícilmente para él.
Una situación parecida presentaba en el servicentro de L y 17, en el mismo barrio, donde nadie atendía ni había carros esperando. En el establecimiento había dos máquinas encendidas, una que marcaba 100 litros y la otra, apenas 40. Peor era el panorama en La Rampa y Malecón: solo se ofrecía aire para las ruedas.
La fila de una cuadra ante la gasolinera de San Rafael, en Centro Habana, delataba, ahí sí, la existencia del producto. En el lugar había, incluso, una pipa surtiendo. Hasta allí, por la calle Infanta, iban empujando dos hombres sus respectivos vehículos.
“¿No que la situación del combustible estaba solucionada?”, se lamentaba el dueño de un vehículo particular con otro de los que esperaban
En 25 y G, la cola de autos se extendía por más de cuatro cuadras. “¿No que la situación del combustible estaba solucionada?”, se lamentaba el dueño de un vehículo particular con otro de los que esperaban.
El mandatario cubano Miguel Díaz-Canel, en efecto, dio por superada en el más reciente Consejo de Ministros –del que la prensa oficial da amplia noticia este mismo lunes– la crisis energética, a la que llamó “situación puntual”.
Esto fue posible, según explicó, gracias a las “adecuaciones hechas para emplear con mayor eficiencia los medios de transporte” y otras medidas. Con ellas, prosiguió, añadiendo la adversativa de continuar con el ahorro, “logramos pasar esa etapa, yo diría con menos afectaciones que las que podían existir para la gravedad que se nos presentó en las últimas semanas de septiembre y en las primeras de octubre, pero no podemos desmontarlas”.
Es un hecho que los socios del régimen cubano continúan enviando petróleo a la Isla, especialmente Venezuela pero también México. Caracas, de hecho, ha seguido regalando crudo a La Habana mientras que, a la vez, recibirá un total de 900.000 barriles de combustible “humanitario” como donativo de la italiana Eni y de la española Repsol.
Por su parte, el país norteamericano ha enviado desde marzo a la Isla más de tres millones y medio de barriles de combustible, con un valor de más de 250 millones de dólares, según informó a este diario el especialista Jorge Piñón, del Instituto de Energía de la Universidad de Texas.
Tal y como ha podido comprobar 14ymedio, la refinería Ñico López, en La Habana, lleva con su llama encendida durante las 24 horas del día desde hace una semana. Cerca de ella estuvo anclado desde el miércoles el tanquero Gloria C, que este lunes partió del puerto. En Matanzas, según las páginas de geolocalización de navíos, están atracados el Marianna V.V., el Sandino –uno de los que con más frecuencia viaja a la terminal venezolana de José– y el Nicos I.V. –con bandera de San Vicente y Granadinas, otro aliado de Díaz-Canel–, y se espera el Caribbean Alliance. El buque Equality se espera en Cienfuegos.
Es cierto que los apagones han disminuido de forma notable desde el anuncio de la crisis, a finales de septiembre, y que la estatal Unión Eléctrica de Cuba lleva una semana sin prever cortes por falta de capacidad de generación.
En las calles, sin embargo, no se observa mucha mejoría. Este lunes, el transporte seguía siendo escaso y las paradas se veían llenas en La Habana. No es una situación que se dé solamente en la capital.
En Sancti Spíritus, Marsha, una vecina del lugar, reporta una “situación horrible” en las paradas, donde la gente “grita y se molesta”. Y lamenta: “Ayer me metí seis horas esperando y tuve que regresar a la casa y faltar a mi trabajo porque no pasaba nada”.
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