Sanciones conjuntas entre 20 y 30 años de privación de libertad fue la petición fiscal para los involucrados en una operación de narcotráfico internacional en el oriente de Cuba. Entre ellos, un cubano residente en el exterior, como principal organizador, junto a otros extranjeros y connacionales, según un reportaje del canal Caribe, de la televisión oficialista del régimen.
Las autoridades cubanas aseguran que frustraron los planes de una red criminal encabezada por un cubano residente en el exterior, quien operaba en connivencia con extranjeros y connacionales.
Los implicados en esta trama de tráfico internacional de drogas están acusados de atentado, importación y tenencia ilícita de armas y explosivos, entre otros delitos.
El escenario elegido por los narcotraficantes eran las costas del municipio Guamá, en el Oriente cubano. Pero la intervención del sistema Ministerial de Prevención y Enfrentamiento, junto a la labor de informantes lograron obstaculizar esta actividad delictiva.
Según las investigaciones, el cabecilla de esta operación había establecido una cadena criminal con base en Jamaica y una contraparte en Cuba para asegurar la comercialización de la droga, introducida al país por vía marítima mediante el empleo de lanchas rápidas.
La red delictiva estaba compuesta por 15 imputados, entre ellos un cubano residente en el exterior, tres ciudadanos extranjeros encargados del traslado de los estupefacientes y el resto, nacionales involucrados en la distribución interna.
En un operativo coordinado que abarcó las provincias de Santiago de Cuba, Granma, Holguín, Las Tunas, Camagüey y La Habana, las fuerzas del orden lograron capturar a los implicados en plena actividad delictiva, incautando elementos probatorios cruciales.
Entre los decomisos figuran 300 libras de marihuana, sumas considerables de dinero, medios de comunicación satelital y teléfonos, un arma de fuego, una matrícula falsa y un vehículo autotour que pretendían utilizar para evadir los controles fronterizos.
Además, se logró la detención de una embarcación tipo lancha rápida gracias al despliegue de buques guardacostas y unidades móviles radiotécnicas, así como grupos de servicios operativos de emboscada en la zona del posible incidente.
Las pesquisas revelaron que el principal acusado no sólo pretendía introducir droga en esta ocasión, sino también crear una base de apoyo para futuras operaciones con estupefacientes sintéticos y cocaína.
El régimen cubano mantiene una política jurídico-penal severa contra el narcotráfico, con sanciones que van desde los 10 años de privación de libertad hasta la pena capital en casos de tráfico internacional.