La escasez de opciones de transporte desde Pinar del Río hacia La Habana se ha convertido en un grave problema para los residentes de la provincia más occidental de Cuba. A diario, cientos de personas necesitan trasladarse a la capital por motivos de trabajo, estudios, trámites o asistencia médica. Sin embargo, no existen suficientes guaguas, trenes ni otros medios para satisfacer la demanda.
Muchas rutas han sido eliminadas y el cupo disponible resulta insuficiente, por lo que conseguir pasajes se ha vuelto una odisea. Mientras tanto, el deteriorado ferrocarril apenas opera un tren diario con vagones incómodos y abarrotados.
Ante la ausencia de soluciones por parte de las autoridades de transporte, los sufridos pinareños se ven obligados a recurrir a rutas alternativas. Algunos optan por el transporte irregular en camiones o camionetas, a pesar de los altos costos y los riesgos que conlleva. Otros simplemente resignan sus gestiones en la capital ante la imposibilidad de conseguir cómo llegar, acentuando el aislamiento de la provincia.