Las aerolíneas estadounidenses Delta Air Lines y United Airlines solicitaron al Departamento de Transporte de EE.UU. suspender varias rutas con Cuba ante la continua baja demanda de viajes entre ambos países.
Según el portal especializado Aviacionline, Delta pidió no operar desde el 29 de octubre hasta el 30 de marzo sus 7 frecuencias semanales Atlanta-La Habana y 7 de las 14 que realiza entre Miami y la capital cubana.
La empresa espera que la demanda se recupere para reintroducir dichos servicios. Previamente Delta ya había dejado de volar temporalmente la ruta Atlanta-La Habana.
Por su parte, United Airlines notificó desde junio la suspensión total de su ruta Newark-La Habana a partir del 29 de octubre, con lo que Cuba pierde conexión directa con Nueva York.
United concentrará sus vuelos a Cuba solo desde Houston, siendo la única aerolínea estadounidense que actualmente no ofrece rutas entre Florida y la isla.
El Departamento de Transporte de EE.UU. debe aprobar estas solicitudes de exención antes de que Delta y United puedan detener formalmente dichas rutas.
Hace pocos días también fue noticia la suspensión de los vuelos de la aerolínea JetBlue a partir del 17 de este mes.
La compañía dijo a ADN Cuba que “La demanda de viajes a la isla se ha visto significativamente afectada por las restricciones de viaje a Cuba que se implementaron después de que lanzamos el servicio. Esperamos con interés reanudar nuestro servicio a La Habana y continuar buscando oportunidades dentro de Cuba en caso de que los viajes sean más accesibles en el futuro”.
Las declaraciones llegan después de que el periodista de CNN Patrick Oppmann dijera en Twitter que la decisión se debe a “cambios en el panorama regulatorio y restricciones a la capacidad de nuestros clientes para ingresar a Cuba”.
Representantes de JetBlue afirmaron que proporcionarán de manera proactiva un reembolso completo y automatizado a la forma de pago original a los clientes que se vean afectados por la suspensión de la ruta.
JetBlue fue la primera aerolínea en operar un vuelo comercial directo a Cuba en más de 50 años, en 2016, después del restablecimiento de las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y la isla durante la administración de Barack Obama, momento que la aerolínea recuerda como una “nueva era de tarifas bajas y excelente servicio a Cuba de la que se benefició el mercado”.
Sin embargo, esta no es la primera vez que la aerolínea suspende o reduce sus operaciones hacia Cuba. En 2020 JetBlue eliminó la ruta Boston-La Habana debido a las restricciones impuestas por el expresidente Donald Trump, y en 2021 la frecuencia de viajes a La Habana se redujo a un vuelo semanal debido a las medidas adoptadas por Cuba en medio de la pandemia.
Pero para la activista cubana Salomé García Bacallao, el momento de la decisión de JetBlue parece confuso, dado que el régimen cubano ha flexibilizado recientemente las leyes migratorias para atraer a emigrantes y exiliados cubanos.
En los últimos años, varias compañías aéreas estadounidenses han recibido críticas de grupos de derechos humanos después de que un número creciente de activistas y periodistas cubanos quedaran varados en aeropuertos cuando La Habana impidió a las aerolíneas permitir que los activistas abordaran aviones para regresar a su tierra natal. La negativa de Cuba dejó a muchos de ellos en un limbo migratorio en los países de salida.
En declaraciones a ADN Cuba, la activista Salomé García Bacallao dijo que JetBlue “no ha estado involucrada directamente, hasta ahora, en impedir, por lo menos que personas reconocidas por su activismo o por su trabajo como periodistas regresen a Cuba, pero sé por experiencia personal que sí exigen un determinado protocolo para viajar a Cuba y que en el aeropuerto tienen el mismo mecanismo de comunicar la lista de pasajeros y de esperar que Cuba autorice o no qué pasajeros pueden viajar teniendo en cuenta las supuestas regulaciones de inmigración de Cuba”, aclaró.
Bacallao afirmó que ella y otros activistas han solicitado al Departamento de Transporte de Estados Unidos que investigue las razones por las cuales las aerolíneas colaborarían con el Ministerio del Interior de Cuba, lo cual considera como una violación a la libertad de movimiento y a los derechos humanos de los ciudadanos cubanos.
