Saturday, January 18, 2025
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Cuba y Venezuela: Las contradicciones de la comunidad democrática internacional 

BUENOS AIRES, Argentina. – Antes de que termine su mandato, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, eliminó a Cuba del listado de Estados patrocinadores del terrorismo y flexibilizó sanciones económicas; y la dictadura cubana anunció la “liberación” de 553 presos. Una simple búsqueda en Google “Cuba + liberación + presos políticos” arrojará resultados de todas las veces en que ha sucedido algo similar, es decir, una política de Estado perversa de usar a seres humanos inocentes, a quienes se encarcela por ejercer derechos humanos que en Cuba son considerados delitos y luego se les utiliza como moneda de cambio para concesiones internacionales.

Pero saliendo del debate interno en Estados Unidos, es difícil la posibilidad de una apertura política en Cuba sin el involucramiento en su reclamo por parte de países de América Latina y Europa. Al respecto, hay que empezar por marcar la inconsecuencia en denunciar el fraude, la represión y la toma de posición ilegítima de la presidencia de Venezuela por parte de Nicolás Maduro y no decir nada respecto al régimen de partido único de Cuba, donde se viola constitucionalmente el artículo 21, inciso 1, de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Y cuando se dice algo al comparar con Venezuela, como el caso del expresidente uruguayo José Mujica, respecto a que en Cuba “ellos lo solucionaron y eligieron el partido único”, demuestra un cinismo y una discriminación hacia el pueblo cubano que es indigno de una persona que fue electa en varios cargos luego de participar en elecciones competitivas y cuyo Movimiento de Participación Popular (Tupamaros) integra un Frente Amplio ¡de más de 20 diferentes agrupaciones políticas! 

Gabriel Boric en Chile y Gustavo Petro en Colombia llegaron a la presidencia luego de protestas sociales en sus respectivos países, pero nunca han levantado la voz por la represión y los masivos encarcelamientos en Cuba a raíz de las masivas protestas del 11 y 12 de julio de 2021. Con su silencio, quienes ejercieron el derecho humano a la protesta en Chile y Colombia son cómplices de quienes reprimieron y encarcelaron a manifestantes pacíficos en Cuba.

Como señaló en su libro Cuba, de eso mejor ni hablar el escritor uruguayo Carlos Liscano (1949-2023), quien fue militante tupamaro, preso político, exiliado en Suecia y posteriormente funcionario de los gobiernos de Tabaré Vázquez y José “Pepe” Mujica: “La izquierda democrática latinoamericana no podrá pensar con claridad mientras no dilucide claramente su posición respecto a la Revolución Cubana y diga de modo expreso que la dictadura castrista no solo viola los derechos humanos, sino que ni siquiera reconoce que existan”.

Por su parte, en la Unión Europea parece que no tomaron nota de los retrocesos en derechos humanos luego de la firma del Acuerdo de Diálogo Político y Cooperación en 2016 con el gobierno no democrático de Cuba, fiel aliado de las autocracias de Rusia, Bielorrusia y, obviamente, Venezuela. Sería deseable un cambio en la política de la UE hacia Cuba con la nueva jefa de la diplomacia europea, la estonia Kaja Kallas, cuyo país padeció el comunismo. Pero para eso es necesario que quienes lleven la relación con Cuba desde el Servicio de Acción Exterior Europeo no sigan siendo diplomáticos comunitarios españoles nostálgicos de la “Revolución Cubana” y en su lugar se designen a funcionarios de países con tradición de diplomacia comprometida con los derechos humanos en Cuba. 

En América Latina y Europa ni siquiera tomaron nota de las conclusiones detalladas de la Misión Internacional Independiente de Determinación de los Hechos sobre la República Bolivariana de Venezuela, sobre “Crímenes de lesa humanidad cometidos a través de los servicios de inteligencia del Estado: estructuras y personas involucradas en la implementación de un plan para reprimir la oposición al gobierno” del 20 de diciembre de 2022.

En el apartado 4 de este informe del Consejo de Derechos Humanos de la ONU se incluye el “Memorándum de Entendimiento con Cuba”, donde dice lo siguiente:

-Exfuncionarios/as de la DGICM le dijeron a la Misión que los cubanos entrenaron, asesoraron y participaron en actividades de inteligencia y contrainteligencia con la DGCIM. Esta colaboración se remonta al menos a un Memorando de Entendimiento confidencial (en adelante “MOU”) firmado en 2008 por los Gobiernos de Cuba y Venezuela, revisado por la Misión, que encomendaba al Ministerio de Defensa cubano la supervisión de la reestructuración de los servicios de inteligencia militar venezolanos, incluso mediante la “creación de nuevos órganos”. 

-El Memorando de Entendimiento también le encomendaba al funcionariado cubano la formación de las funcionarias y los funcionarios de la DGCIM, incluidos los de mayor rango, y el desempeño de un papel activo en los esfuerzos de contrainteligencia venezolanos.  El objetivo de la colaboración se define en parte como “descubrir y enfrentar los esfuerzos subversivos y de inteligencia en nombre del enemigo, así como la actividad criminal”.  Un acuerdo separado, que fue firmado al mismo tiempo, estableció un comité conjunto cubano-venezolano compuesto por militares cubanos expertos que supervisarían las inspecciones y los entrenamientos de la FANB en su conjunto.  Según documentos confidenciales revisados por la Misión, esta colaboración continuó realizándose sin fechas de expiración. 

-Exempleados de la DGCIM le manifestaron a la Misión que, después de la firma del Memorando de Entendimiento, los oficiales cubanos comenzaron a dirigir entrenamientos en la academia militar de Boleíta y a acompañar a los oficiales de la DGCIM en las oficinas regionales y en Boleíta.  Los cubanos formulaban las instrucciones como sugerencias y no como órdenes, pero si un agente de la DGCIM no las seguía, era marcado o marcada como “persona de interés operativo” (sospechoso de contrarrevolución).  Exempleados de la DGCIM y un oficial de alto nivel de la FANB le indicaron a la Misión que los funcionarios cubanos desempeñaban un papel destacado en el desarrollo de las técnicas de interrogatorio y los métodos de vigilancia en la DGCIM, así como en las estructuras y los objetivos de las Direcciones, incluidas las Direcciones de Comunicaciones y Operaciones. Era habitual que agentes de la DGCIM viajaran a Cuba para recibir formación.

Al respecto, en una reciente entrevista a Claudio Fantini en el ciclo Cuarto de Hora, que conduce el periodista Jorge Elías por CADALTV, el experto en temas internacionales explicó de manera muy didáctica por qué la inteligencia cubana es una de las claves de la subsistencia del régimen venezolano. 

Por lo tanto, condenar a la dictadura venezolana e ignorar a la cubana es como ver el árbol pero no el bosque. Además, de acuerdo a expertos consultados, cuando un Estado que no firmó el Tratado de Roma, como Cuba, comete violaciones de derechos humanos en un Estado que sí lo firmó, como Venezuela, entonces puede ser denunciado en La Haya. ¿Algún día le llegará la hora a la vieja dictadura militar cubana de someterse a la justicia internacional?

Gabriel C. Salvia es director general de CADAL (www.cadal.org) y autor del libro Memoria, derechos humanos y solidaridad democrática internacional.

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