LA HABANA, Cuba. – La delegación cubana que participó en los recién concluidos Juegos Panamericanos de Santiago de Chile 2023 sobrecumplió el pronóstico precompetencia, que era de 18 a 22 medallas de oro. Sin embargo, los 30 títulos alcanzados en esta versión panamericana no llegaron a lo logrado en la cita de Lima 2019, cuando se obtuvieron 33 preseas doradas. Este resultado, con independencia de lo que proclamen las autoridades deportivas de la Isla, constituye un retroceso en el desempeño de los atletas cubanos.
Atrás han quedado los tiempos en que Cuba clasificaba siempre como segunda en el medallero, por detrás únicamente de Estados Unidos. Ahora la mayor de las Antillas ancló en la quinta posición, superada por Estados Unidos, Brasil, México y Canadá. Es de señalar que los cubanos solo obtuvieron una medalla de oro más que Colombia, ocupante de la sexta posición en el medallero. Los colombianos, en el total de medallas (101), superaron a los cubanos (69).
Solo tres deportes, la lucha, el judo y el atletismo ―además de alguna que otra individualidad en el tenis de mesa y el canotaje―, se destacaron por la delegación cubana. En cambio, el boxeo, bautizado como el “buque insignia del deporte cubano” no logró cumplir con el pronóstico pre competencia.
En los deportes colectivos la actuación cubana dejó mucho que desear. El voleibol femenino perdió todos los partidos que efectuó sin ganar siquiera un set. Fueron malos también los desempeños en el baloncesto femenino, el polo acuático, el hockey y el softbol.
Mención aparte para la debacle del béisbol en esta cita panamericana. Cuba ganó solo uno de los cuatro desafíos que celebró, y no pudo estar en la gran final. El equipo volvió a mostrar una pobre ofensiva, mientras el picheo de relevo permitió una gran cantidad de carreras. Hubo errores de dirección, y muchos cuestionaron la conformación del equipo.
Ahora seguramente habrá análisis ―uno más― para tratar de averiguar las causas de esta bochornosa actuación del “deporte nacional cubano”. No obstante, estamos casi seguros de que se irán por la tangente, y no ahondarán en la responsabilidad de los medios de difusión castristas, que han hecho, con su abigarrada y excluyente programación, que buena parte de los cubanos, sobre todo la juventud, prefiera el fútbol y muestre desinterés por el béisbol.
En ese contexto, hace poco, la Televisión Cubana transmitió un partido de fútbol entre el Real Madrid y el Barcelona, presenciado con gran interés en toda la Isla. Sin embargo, esa propia televisión ignoró que la noche anterior, un cubano, Adolis García, había decidido con un jonrón en la oncena entrada el primer juego de la Serie Mundial de la MLB entre los Rangers de Texas y las Serpientes del Arizona.
Por otra parte, la agresión del luchador Mijaín López a un aficionado que mostró un cartel condenatorio de la falta de libertades en Cuba se une a lo realizado por otros deportistas del régimen en infinidad de competencias internacionales. Evidentemente, el luchador pinareño, que no compitió en estos juegos, fue a Chile con la encomienda, además de responder a una “invitación” de los organizadores de esta cita, de vigilar a los atletas cubanos y de reprimir cualquier gesto o acción contraria al castrismo.
Mas, ni la vigilancia de Mijaín y seguramente la de otros miembros de la delegación de la Isla, pudo evitar las deserciones de atletas cubanos. Por lo pronto ha trascendido que seis integrantes de la selección femenina de hockey optaron por no regresar a la Isla.
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